SOCIEDAD › UNA FUNCIONARIA ADMITE QUE LA EXPLOTACIóN SEXUAL INFANTIL SE HA EXTENDIDO MUCHO EN EL PAíS
Para la directora de Grupos Vulnerables de la Secretaría de Derechos Humanos, “el turismo sexual está generalizado” en el país. Lo dijo en el marco de las jornadas preparatorias para el Congreso Mundial contra la Explotación Sexual infantil.
› Por Mariana Carbajal
“El fenómeno de la explotación sexual infantil se ha extendido mucho en el país y por regiones donde antes estaba invisibilizado, como el sur”, advirtió ayer, en una entrevista con PáginaI12, la directora nacional de Grupos Vulnerables de la Secretaría de Derechos Humanos, Victoria Martínez, y reveló que “aunque no se oferta abiertamente, el turismo sexual está absolutamente generalizado” en la Argentina. La funcionaria es una de las anfitrionas de una cumbre regional para analizar la problemática del comercio sexual de chicos, que comenzó en Buenos Aires.
Entre ayer y hoy, delegaciones gubernamentales de los 34 países de América latina y el Caribe, representantes de organismos internacionales y de ONG participan en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería, de la Reunión Preparatoria para el III Congreso Mundial contra la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes que se realizará en noviembre en Río de Janeiro (ver aparte).
Martínez es la representante argentina en la Iniciativa Niñ@sur, creada por el Mercosur para promover políticas públicas de niñez y adolescencia. La funcionaria admitió que no existe un mapa exhaustivo de la explotación sexual infantil en la Argentina. Sin embargo, estudios exploratorios y reiteradas denuncias dan cuenta de la presencia de redes de trata en el país que reclutan niñas y adolescentes y las encierran en burdeles. “Por nuestro trabajo, conocemos que el fenómeno se ha extendido mucho, incluso por regiones donde no estaba visibilizado, como el sur. El fenómeno se ha ido agravando por las condiciones de vulnerabilidad generadas a partir de la crisis de 2001”, admitió Martínez.
–¿Qué factores contribuyen al agravamiento de este problema?
–Muchos factores. En el interior del país, entre los sectores más pobres, se toma con mucha naturalidad, aceptan con resignación la explotación sexual de los chicos como una estrategia de supervivencia. A partir de distintas campañas que hemos instalado, desde distintos ámbitos gubernamentales, se está empezando a tomar conciencia de que es una grave violación de los derechos de los niños. Los tratantes y los explotadores nos llevan mucha ventaja, están más organizados. Recién este año tenemos la Ley de Trata, pero ahora falta que los fiscales y los jueces se capaciten para aplicarla. Todavía nos falta tipificar como delito la venta de niños. Esa es una deuda. Pero no debemos resumir el problema a la persecución del delito. Hay que asistir a las víctimas desde un marco integral de derechos para no revictimizarlas.
–¿Existe un programa nacional para atenderlas?
–El Ministerio de Justicia acaba de implementar un programa nacional para la atención de víctimas de trata y la persecución del delito, que se había creado por decreto durante el gobierno del ex presidente Kirchner. El Gobierno está haciendo muchos esfuerzos aunque no se note. Desde la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti) se ha instruido a las comisiones provinciales para que reciban denuncias. El Ministerio de Educación ha lanzado una campaña para concientizar a los maestros en el tema. En la última reunión de ministros de Justicia se acordó conformar una base de datos comunes para el Mercosur sobre niños y adolescentes que son buscados.
–¿Tienen estimaciones del dinero que mueve la explotación sexual infantil en el país?
–Es un negocio grande que se liga al narcotráfico. Y también tiene complicidades judiciales y políticas.
–¿Detectaron turismo sexual?
–Sí, pero muy encubierto aún. Aunque no se oferta abiertamente, es absolutamente generalizado, a partir del auge del turismo en nuestro país. El sector empresario era reticente a involucrarse, decía que Argentina todavía no tenía el fenómeno del turismo sexual. Ahora ha tomado conciencia de que sí existe.
–El director regional para América latina y el Caribe de Unicef, Nils Kastberg, sostiene que si no se aborda primero el problema del abuso sexual infantil es difícil combatir la prostitución de chicos y chicas (ver aparte).
–La experiencia que tenemos de contacto con chicos y chicas que han sido víctimas de explotación sexual es que la mayoría plantea que viene de hogares donde han sido abusados o maltratados. Un niño explotado es el último eslabón de una serie previa de violaciones a sus derechos que no hemos sabido garantizar, ni en la casa, ni en la escuela, ni los médicos, ni en los clubes.
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