SOCIEDAD › CROMAñóN: EL TRIBUNAL PIDIó A LOS FAMILIARES QUE NO EXHIBAN FOTOS DE LOS FALLECIDOS
En la segunda jornada del juicio, todos los imputados se negaron a declarar. Chabán dijo que lo hará “más adelante” y a la salida insistió con que los responsables de la tragedia son los que tiraron las bengalas.
› Por Carlos Rodríguez
En la audiencia de ayer, todos los imputados en la causa por la masacre de Cromañón, incluyendo Omar Chabán y los integrantes del grupo Callejeros, se negaron a prestar declaración indagatoria. Aunque no hubo incidentes, más allá de algún insulto aislado, el presidente del Tribunal Oral 24, Marcelo Alvero, les pidió a los familiares de las 194 víctimas fatales que no les muestren a los imputados las fotografías de las personas fallecidas. “La actitud de subir fotos de sus familiares o colocarlas en el blíndex (que separa a los imputados del público) puede ser interpretada como una presión. Les pido si podemos evitarlo”, dijo Alvero. Como respuesta, los familiares hicieron gestos de desaprobación y uno de ellos le gritó “hijo de puta” al líder de Callejeros, Patricio Fontanet, cuando se sentó en el banquillo de los acusados. El primero en ser llamado a declarar fue Chabán, quien dijo que iba a hacerlo “más adelante”. Fuera del debate, en una entrevista televisiva, Chabán aseguró que su vida, después de Cromañón, “no tiene sentido, es vegetativa. No tengo futuro, no tengo nada. ¿Si soy un muerto en vida? Por supuesto”.
En términos muy similares a lo que fueron sus declaraciones indagatorias en la etapa de instrucción, que ayer fueron leídas en el debate, Chabán se consideró a sí mismo “un obsesivo” de la seguridad en el boliche de Once y volvió a culpar a los “tres chicos que tiraron las candelas” al techo del lugar. En su indagatoria dijo que esos jóvenes habían realizado la noche de la tragedia, el 30 de diciembre de 2004, “un ataque tipo comando”. Ahora, en la entrevista para la TV, lamentó que a los que encendieron las bengalas se los trate “como carmelitas” y que no estén en el juicio. Sostuvo que la salida de emergencia de Cromañón, que estaba cerrada, “se abrió a los siete minutos” y que el resto de las puertas “estaban abiertas”. Sobre las irregularidades en la habilitación del boliche del que era su gerenciador, aseguró que él no tuvo “nada que ver”.
Raúl Villarreal, considerado la mano derecha de Chabán, tampoco abrió la boca en la audiencia, pero dijo algunas palabras al salir del Palacio de Tribunales. “No”, afirmó cuando le preguntaron si como encargado de seguridad en Cromañón se sentía culpable por el ingreso de las bengalas que provocaron el incendio. “No, por favor”, sostuvo al rechazar que se pagaran coimas a la policía para evitar el cierre del boliche. Admitió ser responsable del local, pero sólo “laboralmente”, y estimó que la verdad “se va a saber al término del juicio”.
Villarreal fue el segundo es ser llamado a declarar y lo siguieron los integrantes de Callejeros, los dos policías de la seccional séptima acusados por coimas y los tres ex funcionarios del gobierno porteño, Fabiana Fiszbin, Ana María Fernández y Gustavo Juan Torres. Ninguno prestó declaración. En el debate, los jueces pidieron a las partes que no traigan a la audiencia “lo que ocurre fuera de ella porque el tribunal no se va a hacer eco”. El pedido fue porque el abogado de Callejeros repudió lo dicho por uno de los querellantes, fuera del recinto, en el sentido de que los que están “del otro lado del blíndex”, en alusión a los imputados, son todos “unos delincuentes”.
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