Al menos 150 habitantes de un barrio marginal de El Cairo, donde el viernes último se produjo un desprendimiento de rocas, continuaban ayer desaparecidos. Equipos de rescate lograron salvar a 47 personas que estaban bajo los escombros. Los residentes del barrio de El Doweiqa, un suburbio del este de la capital egipcia, hablan de hasta 500 desaparecidos.

El desprendimiento de una enorme roca de 30 metros de altura sobre más de 30 casas del barrio, dejó hasta el momento 33 muertos. “Hay pocas esperanzas de encontrar a alguien con vida”, declaró a la AFP un responsable de la policía. “El calor y el polvo son insoportables y debe ser aún peor para los que están atrapados bajo las rocas”, opinó.

Junto al horror de las muertes, desapariciones y destrucciones materiales, se suma el drama de que la mayoría del 1,3 millón de habitantes de la zona vive en la extrema pobreza, con infraestructuras y servicios mínimos. Según los habitantes, el desprendimiento se produjo a causa de unas obras comenzadas hace varias semanas en la zona.