Una patota de policías de la Comisaría 5ª de Villa Fiorito, en Lomas de Zamora, comandados por el jefe de calle de la institución, Sergio Longona, detuvieron y demoraron en esa dependencia a 11 vecinos del barrio Libre Amanecer, los golpearon y amenazaron, según denunciaron los propios vecinos. A uno de ellos lo obligaron a quitarse la ropa frente a otros convictos y lo insultaron. Según Carolina Altavelapiz, una de las detenidas, el jefe de calle los amenazó: “Si quieren las tierras van a tener que pagarme a mí”. “Las tierras” son los terrenos donde está emplazado el barrio, a la vera del Riachuelo, que son reclamados por Alfredo Cachón. Cachón denunció por usurpación a las 200 familias que allí viven. Pero, según los vecinos, Cachón no figura como dueño en el catastro municipal. Ayer, los detenidos denunciaron torturas ante la Unidad Fiscal de Investigaciones Nº 19 de Lomas de Zamora.

La agresión sucedió entre las 17 y las 18 del lunes. “Se acercó el jefe de calle y nos dijo que debíamos acompañarlo a la comisaría para firmar la notificación de Tribunales donde decía, supuestamente, que nos habían cedido las tierras. Pero nosotros no le creímos y nos negamos. Entonces, se fue, volvió con dos patrulleros y nos llevó a la fuerza”, relató Carolina a PáginaI12.

Al igual que la mayoría de los detenidos –casi todos de nacionalidad paraguaya–, ella vive en el barrio Libre Amanecer, construido en noviembre de 2006 por los mismos vecinos en un predio ubicado sobre el Camino de la Rivera y General Hornos, en Villa Fiorito, y que, hasta ese momento, era un basural. Desde entonces, Alfredo Cachón está impulsando el desalojo de las 200 familias. Primero en la comisaría y luego en la UFI Nº 18 de los tribunales de Lomas de Zamora, denunció a los vecinos por usurpación de tierras. Lo extraño es que no presentó ningún documento que ratificara su calidad de dueño del predio y, además, según averiguaron los vecinos en la Municipalidad, “tampoco figura como dueño en los documentos de catastro”, contó Altavelapiz.

Si bien en un principio, ella y los otros vecinos –ocho hombres, uno de ellos menor de edad, y tres mujeres– supusieron que habían sido elegidos al azar, cuando llegaron a la comisaría se encontraron con que los policías los tenían identificados con nombre y apellido. “Nos obligaron a firmar las notificaciones bajo amenaza de meternos presos y nos pegaron trompadas y patadas a todos.” Hugo Derliz Mora Camelli se negó a firmar y “se ensañaron con él, fue salvajemente golpeado, obligado a desnudarse e introducido en una celda con otros presos”, según consta en la denuncia que presentaron ayer a la mañana ante la UFI Nº19 –no quisieron aceptársela en la 18– todos los detenidos.