En el barrio de Villa Luro, los cartoneros van un paso más adelante que sus colegas en el resto de la ciudad. Por un lado, eliminaron la tracción a sangre, reemplazando el caballo o el carrito tirado por ellos mismos por un ciclomotor con una suerte de acoplado; por otro, no se limitan a juntar papeles y cartones: tocan el timbre casa por casa y se llevan, además, otros productos reciclables como metales y botellas de vidrio o PET. La experiencia, que cuenta con el apoyo del Ente Regulador de los Servicios Públicos de la Ciudad, fue presentada ayer, aunque comenzó a implementarse hace ya unos días.
Los protagonistas, en realidad, son los doce integrantes de la cooperativa Rumbo Nuevo, que acaba de inaugurar un depósito en la calle Pergamino al 900, en Parque Avellaneda. El lugar, que funcionará como centro de acopio, está a unas 20 cuadras de la zona donde se desarrolla la experiencia piloto: las treinta manzanas delimitadas por las calles Ramón L. Falcón, Fonrouge, Ulrico Schmidl y Guardia Nacional.
Esa área es recorrida por los cartoneros desde hace tres meses, en un paciente trabajo de difusión. De esas visitas surgieron, en forma consensuada, el horario y la modalidad de recolección: los miembros de la cooperativa, vestidos con un chaleco identificatorio, pasan con su carrito tirado por el ciclomotor, una vez por día, y tocan el timbre en la casa de cada vecino adherido al programa.
“Alentamos la formación de cooperativas para evitar que aparezcan las mafias que se quedan con la ganancia”, dijo a Página/12 el titular del Ente de la Ciudad, Néstor Vicente. Técnicos del organismo trabajaron en el asesoramiento y capacitación de los cartoneros, quienes solventaron el alquiler del galpón y la compra del ciclomotor, cuyo valor no superó los 200 pesos. “Ellos piensan crecer, pero no quieren superar el número de 20 integrantes para la cooperativa ni las tres motonetas para la recolección –dice Vicente–. Es porque dicen que al haber mucha gente en una cooperativa, enseguida se produce la división entre los que trabajan y los que mandan.”