SOCIEDAD
Un disparo en la nuca, prueba contundente contra tres policías
La muerte de Roque Villagra, dada a conocer por Página/12 la semana pasada, tuvo lugar la misma madrugada que la de Ezequiel Demonty. La autopsia mostró un disparo en la nuca cuando supuestamente hubo un enfrentamiento.
› Por Horacio Cecchi
La autopsia realizada sobre el cuerpo de Roque Villagra confirmó lo que había revelado Página/12 el viernes pasado: El Vita Villagra fue muerto -la misma madrugada en que Ezequiel Demonty era arrojado al Riachuelo– de un disparo en la nuca efectuado a muy corta distancia. Con el informe forense, se ordenó la detención de un sargento primero, un cabo y un agente de la seccional 12ª. Ayer, en el Juzgado de Instrucción 11, de Luis Rodríguez, se les tomó declaración indagatoria. La autopsia no sólo determinó las detenciones, sino que dio vuelta el curioso sumario policial en el que –como había anticipado este diario– Villagra, el muerto, era acusado de resistencia a la autoridad, disparo de arma de fuego y homicidio; los policías eran los damnificados, y el supuesto enfrentamiento ofrecía como única prueba un disparo en la nuca del acusado.
El caso fue ampliamente informado en la edición del viernes pasado de Página/12. Roque Sebastián Villagra, “el Vita”, había salido de su casa, en el Barrio Illia, el sábado 14 de septiembre pasado a la 1.30 de la madrugada, a escasas horas y sólo a diez cuadras de donde sería detenido Ezequiel Demonty, para luego ser arrojado en el Riachuelo. El Vita caminó por la calle Crespo buscando un kiosco donde comprar sidra. Cruzó la avenida Riestra, donde se inicia la jurisdicción de la 12ª, y al llegar a Cobo se cruzó con policías de esa seccional.
Según testimonios de vecinos, intentó escapar pero lo detuvieron, fue esposado y golpeado. El comisario Francisco Cóppola, a cargo de la comisaría 12ª, aseguró a este diario que Villagra “sacó un arma, apuntó pero no disparó, luego efectuó un disparo” y los federales repelieron el ataque. “Murió en el enfrentamiento”, aseguró la misma fuente. La trayectoria de las balas, durante el enfrentamiento, fue curiosa: una de ellas, elípticamente, dio en la nuca del joven. La autopsia confirmó, además, que el disparo se realizó a corta distancia.
Con el informe forense, el juez Luis Rodríguez ordenó la detención de un sargento primero, un cabo y un agente, que se cumplió el viernes pasado por la tarde, en la misma seccional y mientras los tres sospechosos estaban de servicio. Ayer, en el juzgado y ante la presencia del titular de la fiscalía 17, Jorge Mola, se les tomó declaración indagatoria. Según fuentes judiciales, los tres declararon su inocencia y quedaron detenidos hasta que el juez disponga si ordena su prisión preventiva y procesamiento.
“Es evidente que los resultados de la autopsia son tan contundentes que posibilitaron que el juez ordenara las detenciones –señaló a este diario una fuente judicial–. Hay que explicar un disparo en la nuca, y mucho más si fue efectuado a corta distancia.” El viernes pasado, luego de que los tres federales fueran detenidos, el comisario Cóppola dejó en manos de sus tres subordinados la versión del enfrentamiento y adoptó una explicación más neutra: “Según los suboficiales –dijo a la agencia DyN– allí se había producido un tiroteo que finalizó con la muerte del joven. Pero las pericias realizadas en el lugar no coincidían con la versión dada por los suboficiales”.
El domingo, el mismo Cóppola dijo a Crónica que “estaba al tanto del enfrentamiento del cual se me informó el mismo día del hecho”. O sea, el 14 de septiembre. Pese a eso, el sumario policial demoró 12 días en llegar al juzgado, para indicar todo lo contrario de lo que indica la autopsia realizada por los forenses.
Ayer, María del Carmen Ferreyra, madre de Villagra, se entrevistó con Eugenio Freixas, titular de la Oficina de Asistencia Integral a la Víctima del Delito. Allí se le informó la posibilidad de aplicar el régimen del testigo protegido y de identidad reservada.
Al mismo tiempo, las fuentes policiales subrayaban que Villagra contaba con “frondoso prontuario”. Pero nada indica hasta el momento que la muerte del Vita se haya producido como resultado de un supuesto seguimiento porsu “frondosa peligrosidad”, porque ni los mismos policías sabían de quién se trataba. Tal como se especifica en el tardío sumario policial, Villagra no es Villagra sino un “NN masculino de entre 23 y 25 años”. Según denunció su madre, “Roque corrió porque les tenía terror a los policías”. De ser cierta la versión policial, la peligrosidad del Vita quedó neutralizada con un disparo llamativamente certero. De ser cierto lo que dijo la madre de Villagra, cualquier aterrorizado hubiera corrido la misma suerte. Horas después y a diez cuadras, le tocó el turno a Ezequiel Demonty.