Mar 08.10.2002

SOCIEDAD  › LA AUTOPSIA DEL JOVEN REVELA UN BRUTAL ATAQUE

Nueve puñaladas patovicas

Esta vez, el ensañamiento de los patovicas fue más allá de los golpes. La autopsia realizada al cuerpo de Jorge Ordóñez determinó que el joven asesinado anteayer en un boliche del partido de Quilmes, además de haber sido brutalmente golpeado, recibió al menos 9 puñaladas en diferentes partes del cuerpo, tanto por delante como por la espalda y con más de un cuchillo.
Aunque para esclarecer cómo sucedieron los hechos todavía faltan los detalles que hoy aportarán los testigos frente al fiscal a cargo de la causa, Luis Armella, minutos después del crimen ocurrido en la madrugada del domingo ya estaba claro que no se trató de una golpiza. En el galpón lindero al boliche Paradise, donde Ordóñez fue salvajemente golpeado y apuñalado, la policía secuestró tres cuchillos ensangrentados junto a algunas prendas de vestir y las zapatillas también ensangrentadas del dueño del negocio, Fernando Bustos, que está detenido como imputado.
Allí también fueron detenidos Daniel Omar Centurión, Ramón García, Omar Tévez y Carlos Lescano, los cuatro patovicas que junto a Bustos encerraron a Ordóñez en el galpón, lo golpearon y apuñalaron repetidas veces “hasta dejarlo casi muerto”, según contó el cuñado del joven asesinado.
Los cinco detenidos debían declarar ayer ante el fiscal Luis Armella por el delito de “homicidio calificado por alevosía” que prevé una pena máxima de reclusión perpetua. Sin embargo, fuentes de la investigación señalaron que sólo uno de los patovicas habría accedido a testimoniar mientras que el propietario del pub y los otros 3 empleados se habrían negado a hablar.
Algunos testigos comentaron que uno de los detenidos habría intervenido en la golpiza sin trabajar en el local ni ser un patovica, pese a que por su contextura física podía ser confundido con uno de ellos. Sin embargo, Jesús Celis, comisario de la seccional 9ª de Quilmes explicó que “por los testimonios que hay hasta ahora se entiende que los cuatro detenidos son empleados de seguridad del local”. Y agregó: “Pero parece que esa noche dejaron de cumplir su función de mantener el orden y se transformaron en homicidas”.
Ordóñez tenía 28 años y era padre de cinco hijos. En la noche del sábado había ido con siete amigos a Paradise, ubicado en avenida Mosconi casi esquina Savio, en el barrio Calchaquí del partido de Quilmes. Ya eran cerca de las 5 de la madrugada cuando, según relataron quienes estaban con él esa noche, “de repente un patovica que estaba en la escalera bajó y le dijo que se tenía que ir”. Ordóñez intentó regresar y fue entonces cuando cuatro custodios y el dueño del local lo atacaron “a trompadas y a patadas” y lo llevaron a un estacionamiento vecino. “Lo metieron en el galpón, cerraron el portón y no nos dejaron pasar. Cuando la policía entró ya estaba casi muerto”, relató el cuñado de la víctima. Ordóñez, todavía con vida, fue trasladado en un patrullero al hospital de San Francisco Solano, donde murió mientras era atendido por los médicos de la guardia.
En la mañana de ayer, los restos de Ordóñez fueron inhumados en el cementerio de Ezpeleta. Allí, sus familiares y amigos reclamaron “justicia para que esto no vuelva a suceder”. “Quiero justicia, nada más que eso, porque ellos son asesinos”, expresó la madre del joven.

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