SOCIEDAD › PRESOS POR PROTESTAR EN EL OBELISCO
Siete militantes de Greenpeace fueron detenidos por reclamar contra el pliego de licitación de la basura porteña.
› Por Eduardo Videla
Siete militantes de la organización ambientalista Greenpece terminaron detenidos y seguían prestando declaración indagatoria anoche, después de haber escalado una de las paredes del Obelisco, en una demostración de protesta por la licitación del servicio de recolección de residuos y limpieza de la ciudad, impulsada por el gobierno porteño que, para la agrupación ecologista, generará mayor contaminación en los rellenos sanitarios del Gran Buenos Aires. El gobierno porteño presentó una denuncia judicial contra los activistas por “daño y resistencia a la autoridad”. La movida derivó en un embotellamiento descomunal en el centro porteño, pero no fue por la performance sino por la intervención de los funcionarios del gobierno y de la Policía Federal, que cortaron la avenida Corrientes y bloquearon parte de la 9 de Julio. La licitación del servicio de higiene urbana será debatido hoy en una audiencia pública, en la Legislatura (ver recuadro).
La acción de Greenpeace se inició a las 5.30 de la mañana, cuando un grupo de ocho voluntarios saltó la reja que rodea al Obelisco. Cuatro de ellos ingresaron a la construcción de hormigón y subieron la escalera caracol hasta llegar a la ventana que se ve en su extremo: desde allí desplegaron un cartel que hacía mención, con ironía, a un supuesto “1º Premio en Contaminación” que recibiría la ciudad de implementarse la licitación que propone Macri, explicó a Páginal12 Juan Carlos Villalonga, director político de Greenpeace.
A las 6.30, con el cartel ya desplegado, comenzaron a trepar la pared norte del Obelisco dos escaladores, un varón y una mujer, utilizando las sogas que soltaron los que ya habían llegado a la cumbre. “La idea era sostener la malla que colgaba con el cartel, porque suele quedar torcida, por el viento”, explicó Villalonga. Lo cierto es que la escalada generó un gran impacto y el lugar se convirtió enseguida en centro de atención.
“Lo que buscamos es interpelar al gobierno de la ciudad, pero también a los ciudadanos porteños para advertir que la basura que se genera contamina el suelo y el agua del Gran Buenos Aires. Y que si se aprueba el pliego que propone (Mauricio) Macri se va a intensificar esa contaminación”, argumentó Villalonga.
Greenpeace cuestiona el criterio del gobierno macrista de pagar el servicio por la cantidad de toneladas de basura recolectada ya que, sostienen sus dirigentes, no se promueve la reducción de residuos a disponer en rellenos sanitarios, tal como lo exige la ley de Basura Cero. La organización también cuestiona el pliego porque “sólo hace referencia a la recolección de residuos húmedos, no reciclables, mientras que sobre los secos (que supuestamente deben recoger los cartoneros, puerta a puerta, para reciclar) no dice nada”. Greenpeace apoya el proyecto de ley que presentaron los diputados Juan Cabandié y Gabriela Cerruti (Frente para la Victoria), que promueve “la separación en origen y el reciclaje como prácticas indispensables para reducir la basura”.
Lo cierto es que la protesta culminó alrededor de las 9.30, con el descenso de los dos activistas en una pluma de los Bomberos, tras lo cual fueron detenidos por la policía, junto con otros cinco integrantes de la organización ambientalista que se encontraban adentro del monumento. El octavo pudo salir sin ser advertido. Los siete fueron derivados a la Fiscalía en lo Contravencional de la ciudad, acusados de “desobediencia, daño y violación de domicilio”, según informó Gonzalo Girolami, vocero de la organización. La causa quedó a cargo de la fiscal Claudia Barcia.
El gobierno porteño dio instrucciones su procurador general, Pablo Tonelli, para que inicie acciones legales contra los ambientalistas. “Las personas identificadas con esta organización habrían incurrido en el delito de daño agravado al forzar los candados y las puertas de acceso a un monumento público y se resistieron a cumplir las órdenes impartidas por la Policía Federal para que depusieran su actitud”, manifestó el gobierno en un comunicado de prensa. Sin embargo, Villalonga aclaró que “al candado (que cerraba la reja) lo rompió la policía cuando ingresó al lugar; los voluntarios de Greenpeace ingresaron saltando la reja”. “Y la puerta de acceso tampoco fue forzada, ya que estaba abierta”, agregó.
Como parte de la acción, Greenpeace difundió un estudio en el que constató que los residuos urbanos que son depositados en los rellenos del conurbano contienen una variedad de sustancias químicas que al descomponerse “liberan líquidos lixiviados y gases que son altamente tóxicos”. Dentro de este proceso “los líquidos arrastran partículas de residuos y disuelven metales que son vertidos en el suelo y llegan así a los cursos de agua”, alertaron.
Villalonga recordó que la organización había hecho una demostración en el Obelisco en 1998, en ocasión de la Cumbre por el Cambio Climático. “Esa vez el jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa, también se enojó, pero no hubo denuncia judicial y nadie fue preso”, diferenció.
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