SOCIEDAD
› UNA ASESINA QUE QUERIA MORIR
La ejecución de la Dama
”No merezco compasión. Sería tirar a la basura el dinero de los contribuyentes”, dijo días atrás. Ayer Aileen Wourmos, conocida popularmente como la “Dama de la Muerte”, fue ejecutada con una inyección letal. Había sido condenada a la pena máxima diez años atrás acusada de haber asesinado a seis hombres mientras ejercía la prostitución en las autopistas de la Florida.
Corrían los años ochenta cuando el Estado de la Florida se horrorizó ante la aparición de un nuevo asesino serial. Las víctimas, todas ellas hombres, eran halladas muertas misteriosamente en las autopistas del Estado sin que se encontrara ningún móvil concreto para los crímenes. Cuando Wourmos fue finalmente apresada por la policía, alegó que había actuado en defensa propia cuando estos hombres habían intentado violarla. Sin embargo, tiempo después frente al tribunal, se retractó y contó la verdad: “Soy una de las personas que más detesta la vida humana y volvería a matar si pudiera”, expresó la “Dama de la Muerte”.
Abandonada al nacer, violada a los 13 años, madre a los 14, alcohólica, drogadicta y dedicada a la prostitución durante gran parte de su vida, el caso de Wourmos se convirtió en un fenómeno popular a comienzos de los noventa entre los estadounidenses, dando lugar a libros, películas e incluso una ópera en torno a ella.
El modus operandi de la “Dama de la Muerte” consistía en atraer a los hombres –para lo cual se mostraba como prostituta o como una pobre mujer con desperfectos mecánicos en su auto– y asesinarlos por sorpresa cuando se detenían, siempre en días lluviosos. Lamentablemente nunca aclaró el por qué de esta curiosa preferencia meteorológica.
Con su muerte trepan a 53 las personas ejecutadas en el Estado de la Florida desde que se restauró la pena máxima en 1976, aunque sólo se han registrado dos casos en el año 2002. Además del de Wourmos, la semana pasada fue ejecutado un hombre de origen cubano, condenado por el asesinato de una pequeña de 11 años, quien también había expresado su deseo de morir.