SOCIEDAD › SE REALIZó EL PERITAJE AL FíSICO DEL SACERDOTE
Según trascendió, se encontraron los lunares y la adiposidad en la zona pélvica mencionados por uno de los jóvenes que lo acusan. El cura dice que la prueba no aporta nada en su contra.
Los tres pasaron dos horas con Julio César Grassi; el sacerdote se fue desnudando, les presentó el vello de su pecho, sus oscuros lunares, a todos mostró la intimidad de su pubis, pero ninguno de los tres sufrió trauma alguno: porque se trataba de los tres peritos que participaron en el examen físico a Grassi, que está siendo juzgado por 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores. El peritaje se efectuó para establecer la veracidad de la descripción de uno de los denunciantes respecto de características físicas del acusado. Según el abogado del Comité de Seguimiento de la Convención de los Derechos del Niño, “el resultado del peritaje corresponde a nuestras expectativas”. Según el propio Grassi, “el informe de la prueba va a demostrar que, de la cintura para abajo, las características mencionadas por el testigo no existen en mí”.
El peritaje fue ordenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón. La había solicitado el abogado Juan Pablo Gallego, querellante en representación del Comité Argentino de Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del niño (Casacidn). Intervino en la diligencia Pablo Parés, titular de la Oficina Pericial del Departamento Judicial Morón. Participaron también un perito de la defensa y, por la querella, Enio Linares, quien a su vez es presidente de la Academia de Ciencias Forenses de la Argentina y fue perito en los casos García Belsunce, Barreda y el del “tirador de Belgrano”.
El peritaje estaba destinado a corroborar o no declaraciones de “Luis”, uno de los jóvenes denunciantes, quien había descripto particularidades del cuerpo de Gra-ssi. Hasta último momento, el cura manifestó dudas sobre si aceptaría o no el examen físico, que finalmente consintió bajo la condición de no ser fotografiado. La diligencia se inició a las 12 de ayer y finalizó a las 14.
La constatación incluía la presencia de lunares en determinados lugares del cuerpo, características de la vellosidad en el pecho y otras zonas y “una cierta adiposidad distintiva que presentaría en el área pelviana”, según una fuente de la causa.
Según Gallego, “las descripciones que había hecho ‘Luis’ se confirmaron en su totalidad: los resultados del peritaje nos satisfacen por completo”. El abogado sostuvo que “aun para las partes del cuerpo que pudieran hallarse expuestas en circunstancias públicas, como la concurrencia a una piscina, la pericia tiene valor probatorio, ya que recordar distintas características de un esquema corporal, luego de años, sólo puede corresponder a un conocimiento íntimo”.
Al salir del peritaje, Julio César Grassi manifestó que “se hizo en paz” y destacó que “hay características de mi cuerpo que las puede ver cualquier persona que me conoce”. En cambio, “la prueba va a demostrar que, de la cintura para abajo, las características mencionadas por el testigo no existen en mí”.
El próximo miércoles los peritos se reunirán para elaborar el informe que presentarán ante el tribunal, ante el cual comparecerán después como testigos. El lunes, en el marco del juicio oral contra el cura Grassi –acusado de 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores que estaban bajo su cuidado en la Fundación Felices los Niños–, por pedido de la defensa, se presentará el peritaje caligráfica de un texto atribuido a “Gabriel”, otro de los denunciantes. El martes declarará Oscar Casal, empleado de la Fundación, y el jueves declarará otro joven considerado uno de los “favoritos” del cura.
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