SOCIEDAD › EL VATICANO NIEGA EL SACERDOCIO A LOS GAYS
› Por Miguel Mora *
Desde Roma
Los homosexuales y aquellos que viven la castidad del celibato “con dificultades” no pueden ser sacerdotes. Lo acaba de recordar de manera muy clara el Vaticano, en un esperado documento que sostiene que aquellos que manifiestan “tendencias homosexuales fuertemente enraizadas”, o incluso una “identidad sexual incierta”, no entrarán en los seminarios ni podrán convertirse en curas. La Santa Sede sugiere incluso la utilización de psicólogos para valorar supuestas patologías o “heridas” psíquicas de los candidatos a sacerdotes.
El texto con el detalle de estas instrucciones fue publicado por la congregación para la educación católica y se titula Orientaciones para el uso de competencias psicológicas en la admisión y formación de candidatos al sacerdocio. Leyéndolo, se diría que la Iglesia busca superhéroes, más que hombres. “El camino formativo” de los curas, dice el documento, “deberá ser interrumpido en el caso de que el candidato, a pesar de su esfuerzo y el apoyo del psicólogo o la psicoterapia, siga manifestando incapacidad para afrontar de forma realista su propia inmadurez (fuerte dependencia afectiva, notable falta de libertad en las relaciones, excesiva rigidez de carácter, falta de lealtad, identidad sexual incierta; tendencias homosexuales fuertemente enraizadas)”.
La misma decisión –expulsar al candidato– debe aplicarse, prosigue el texto de la congregación, en los casos en que se revele evidente “la dificultad de vivir en el celibato si es percibido como una obligación tan pesada que puede comprometer el equilibrio afectivo y relacional”.
El documento, con elevado tono místico y literario, exhorta a las escuelas de sacerdotes a evaluar “la posibilidad de vivir, en la fidelidad y la alegría, el carisma del celibato, como regalo total de la propia vida a imagen de Cristo, jefe y pastor de la Iglesia”, teniendo presente que “no basta asegurarse de la capacidad de abstenerse del ejercicio de la genitalidad, sino que es necesario también valorar la orientación sexual según las indicaciones emanadas por esta congregación”.
La autocita hace referencia al texto emitido en 2005, cuando el dicasterio vaticano de la educación publicó la Instrucción sobre los criterios de discernimiento referido a las personas con tendencias homosexuales para su admisión en los seminarios y las órdenes sagradas. La iniciativa fue tomada en aquel momento a raíz del escándalo de pederastia surgido en la Iglesia Católica de Estados Unidos, aunque algunas voces se levantaron entonces contra quienes trataban de asociar pedofilia y homosexualidad. “La castidad para el reino es mucho más que la simple ausencia de relaciones sexuales”, escribe ahora el Vaticano.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
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