Las llamas nacieron de una explosión cuyos motivos se desconocen, en un depósito de neumáticos del barrio porteño de La Boca. Iniciado cerca de las 20 del sábado, rápidamente el fuego consumió todo allí dentro, sin tregua y anoche aún con focos. Ocho dotaciones de bomberos voluntarios y de la Policía Federal lo combatieron durante más de 24 horas –y continuaban haciéndolo al cierre de esta edición–. En medio de esa tarea, el derrumbe de parte de la mampostería del lugar y de una pila de neumáticos provocó la muerte de un voluntario, en tanto que lesionó a otros siete. Tres de ellos aún permanecen internados en estado crítico. El olor a caucho incendiado se sumó al de papel quemado que sale de la papelera que se incendió el jueves, también en La Boca, y que anoche aún continuaba en combustión.

Los vecinos de los alrededores del depósito de neumáticos ubicado en Benito Quinquela Martín, entre Irala y Hernandarias, avisaron a los bomberos que el local se estaba prendiendo fuego, alertados por los chillidos de la alarma y el humo que salía por la cortina de la fachada.

En pocos minutos se hicieron presentes varios cuarteles de bomberos voluntarios del barrio, así como dotaciones dependientes de la Policía y comenzaron a trabajar en conjunto. En total ocho dotaciones luchaban contra el incendio.

Si bien aún se desconocen las causas del siniestro, los pocos datos que existen señalan que las llamas se originaron en una explosión en el depósito. La hipótesis que suena más fuerte indicaría que habría habido combustible dentro del local. La explosión habría aflojado la mampostería del lugar, parte de la que luego, junto con una pila de neumáticos, se derrumbó sobre algunos bomberos que trabajaban en el lugar.

Además de provocar la muerte de Carlos Guevara, de 44 años, un voluntario del cuartel Vuelta de Rocha, el derrumbe les causó heridas a tres voluntarios más y a tres de la Policía Federal. Guevara falleció en el Hospital Penna, cuando se le estaba por practicar una tomografía computada. Es el primer bombero que fallece en la institución, que lleva más de 70 años de trabajo en la zona. Uno de sus compañeros de cuartel, Edgardo Salverini, consideró a la tarea que tanto él como el resto de sus compañeros eligió realizar como “esencialmente riesgosa”, aunque aseguró que “uno sabe que siendo bomberos corremos riesgos, pero otra cosa es cuando te pasa. Estos son imponderables que suceden”.

Por otra parte, el voluntario José Narduli permanece internado en terapia intensiva del hospital Argerich y con asistencia para respirar. Presenta un cuadro de neumotórax producto de una contusión pulmonar y fractura de cadera. Los otros voluntarios heridos, una mujer con fractura de clavícula y un hombre con traumatismo de tórax, fueron asistidos en el hospital Argerich.

En cuanto a los bomberos de Policía Federal, el más comprometido es un hombre de 45 años que fue derivado al hospital Churruca. Los otros dos “sufrieron traumatismo de cráneo sin perdida de conocimiento, se los tuvo en observación y fueron dados de alta”, señalaron las fuentes.

Al cierre de esta edición, ambos incendios permanecían activos. “Si bien la combustión es lenta, aún no se puede decir que el fuego no existe más”, comentó un vocero del cuartel 3º de Bomberos de la Policía Federal.