SOCIEDAD › QUEJAS DE VECINOS POR EL DESEMBARCO DEL ESTACIONAMIENTO MEDIDO
El gobierno porteño trasladó a ese barrio los espacios que levantó en el microcentro. Hará lo mismo en Balvanera y Abasto, donde hoy se estaciona sin cargo. De esta manera compensa a las empresas a las que se les venció el contrato hace siete años.
El hombre se acercó a la flamante máquina y, paciente, leyó las instrucciones. Luego, abrió su mano, donde atesoraba un cúmulo de monedas, y las fue insertando de a una en la ranura de la tickeadora. Debía llegar a 1,40 peso, monto que, desde esta semana, deben abonar por hora los que quieran estacionar su auto en catorce calles del barrio de San Telmo. La instalación de las máquinas de estacionamiento medido en ese lugar forma parte de un plan de “reordenamiento” que comenzó a implementar el Ministerio de Desarrollo Urbano de la ciudad y que consiste, entre otras cosas, en trasladar a determinados barrios los parquímetros que antes medían el estacionamiento en la zona del microcentro, de manera de compensar la recaudación e las empresas. Los vecinos se quejan porque se han tarifado las calles donde antes estacionaban sin cargo. Y porque no recibieron un aviso previo del gobierno porteño. Cabe recordar que la concesión de ese servicio está vencida desde hace siete años.
“La medida forma parte del proyecto de organización del tránsito anunciado por el jefe de Gobierno (Mauricio Macri), en junio para frenar la cantidad de autos que ingresan a la capital”, especificaron voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano. El aumento en los peajes formó parte de este paquete. En este marco, también se suma la erradicación de autos estacionados en las calles del microcentro, a mediados de octubre, con la eliminación de los lugares establecidos para estacionamiento medido.
Las máquinas que cobran por hora no desaparecieron, sino que fueron trasladadas hacia otros sectores de la ciudad, “donde un estudio de campo indicó que se dirigirían los conductores fijos del microcentro”, señalaron desde el gobierno. San Telmo es la primera etapa del proyecto que constará de tres y que, según los cálculos oficiales, estará en pleno funcionamiento a fin de mes. Balvanera y Abasto son otros destinos. En total serán 200 lugares para estacionar. No serán parquímetros, como se informó, sino máquinas tickeadoras.
Los equipos están ubicados en las esquinas de Humberto 1º y Perú, Humberto 1º y Balcarce y Bolívar y Carlos Calvo y medirán el estacionamiento en catorce cuadras de sus alrededores. Ahora, por cada hora que un auto se encuentre frenado en alguna de esas calles, su dueño deberá abonar 1,40 peso, en monedas y de manera exacta.
Miguel es de Mataderos, pero trabaja en San Telmo, a donde llega todos los días con su auto. Antes lo estacionaba en la puerta de su comercio gratuitamente durante ocho horas. “Es molesto. Además, con el tema de las monedas es toda una complicación. Incluso, por la poca diferencia te conviene más un estacionamiento cerrado”, consideró, en diálogo con PáginaI12, mientras luchaba contra la máquina tickeadora que le había tragado una moneda y parecía no querer volver a funcionar.
Las máquinas sólo permiten pagar el dinero equivalente a cuatro horas de estacionamiento, con lo cual si una persona permanecerá por más tiempo en el lugar deberá volver al término de ese período y sacar otro ticket por el tiempo restante. Las grúas que andan patrullando la zona –pertenecen a la empresa STO, una de las concesionarias– recién podrán levantar autos de infractores la semana próxima, dicen en el gobierno. El acarreo cuesta 190 pesos.
La novedad del estacionamiento medido no cayó bien entre los vecinos de San Telmo. “La gente está como loca. Muy molesta. Sobre todo los que dejaban sus autos durante el día en la vereda de sus departamentos, porque ahora tienen que pagar”, explicó Marcos, que no vive en la zona, pero trabaja en un resto bar ubicado en la esquina de Humberto 1º y Perú, donde ahora funciona una tickeadora.
Marcos coincide Pablo, dueño de un kiosco ubicado en diagonal al bar, sobre Humberto 1º, sobre el momento en que las máquinas aparecieron en escena. El viernes a la tarde se amuraron las bases y el caño que sirve de eje de las tickeadoras, pero no las máquinas en sí, que recién fueron vistas el sábado a la mañana, de la misma manera que las marcas en la calle, sobre la mano izquierda. “Lo hicieron de noche. El lunes comenzaron a funcionar y ayer a hacer multas. Falta que te lleven el auto. ¿A vos te avisaron? A mí no. A nadie”, se quejó.
Informe: Ailín Bullentini.
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