La Legislatura porteña aprobaba anoche el nuevo Código de Publicidad Exterior de la ciudad, un proyecto totalmente distinto al presentado por Mauricio Macri a principios de este año. Después de una durísima oposición de las cámaras empresarias del sector y del Sindicato Unico de Publicidad, los legisladores macristas desistieron de la iniciativa restrictiva que había elaborado el equipo del ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, y consensuó con la oposición una propuesta más permisiva.

El proyecto aprobado ayer se basa en un dictamen elaborado en la Comisión de Espacio Público, que encabeza la macrista Silvia Madjalani y fue aprobado por la Comisión de Justicia.

La propuesta original de Piccardo se sustentaba en los códigos publicitarios de Madrid y de San Pablo, cuyo fundamento es la reducción al máximo de la contaminación visual: recortaba en un 90 por ciento la publicidad en la vía pública, eliminaba las marquesinas y establecía que los comercios no podían tener carteles con publicidad, ente otros requisitos.

“Ese proyecto generó malestar en las empresas y los talleres que producen los carteles, pero también en los comerciantes y en el Sindicato de la Publicidad”, dijo a este diario Christian Asinelli, del Frente para la Victoria. Los legisladores admiten que en la actualidad existe un descontrol en materia publicitaria, ya que las normas no son claras y los empresarios han aprovechado las dificultades para el control para cometer verdaderos abusos. “El proyecto busca un punto medio entre la situación actual y las restricciones del proyecto que mandó el oficialismo”, dijo Asinelli.

Así, la ley permite colocar publicidad en carteles, toldos y sombrillas, pero de una sola marca. Los carteles tendrán una medida limitada, más chica que las actuales, y las marquesinas van a desaparecer con el tiempo, aunque habrá un período de gracia para hacer los cambios en los locales: es que la mayoría esconde equipos de aire acondicionados, cortinas de enrollar e instalaciones eléctricas.