Mar 25.11.2008

SOCIEDAD  › ALLANAN LA CASA DEL ACUSADO DE NARCOTRáFICO Y DETIENEN A SU ESPOSA Y AL CONTADOR

Lingotes de oro, armas y efedrina

La policía realizó catorce allanamientos, entre ellos a la casa de Segovia, en Rosario. Allí encontraron un Rolls Royce y otras camionetas de lujo, lingotes de oro, dólares y euros y diez armas de fuego. Está acusado de vender 8100 kilos de efedrina a carteles mexicanos.

Un Rolls Royce último modelo, dos camionetas Hammer, una Land Rover y un cuatriciclo; dos lingotes de oro de un kilo cada uno, dos de medio kilo y otros dos de 100 gramos, 275 mil euros, 70 mil dólares, 3500 libras esterlinas y diez armas de fuego. El suntuoso inventario pertenece a Mario Segovia, cuyas propiedades fueron allanadas en la provincia de Santa Fe, luego de ser apresado el domingo pasado en el aeroparque porteño, cuando estaba por volar a Misiones. El hombre está acusado de vender más de 8100 kilos de efedrina a los carteles mexicanos. Ayer también fueron detenidos su contador, su esposa y un empleado de Segovia. Los uniformados que participaron de la requisa quedaron estupefactos ante tanto lujo: “Los lingotes de oro son como los de las películas –contó un jefe policial–, hasta tienen el peso tallado en el frente. Estaban guardados en una caja fuerte”.

Los allanamientos a las propiedades del “máximo traficante de efedrina a México”, tal como lo definió el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, fueron realizados por la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la bonaerense, la Policía Federal y la Side. El primero se hizo durante la noche del domingo en su casa, sobre la calle Alvarez Condarco, barrio Fischerton, en Rosario, y duró más de siete horas. Allí, los investigadores detuvieron a la esposa de Segovia, identificada como Gisella Ortega, de 29 años.

Según fuentes policiales, en ese lugar se encontraron precursores químicos como etanozol, cianuro, yodo y acetona, bajo la inscripción de la droguería Famérica, de la ciudad de Buenos Aires, que ya había sido allanada por el mismo caso en septiembre pasado, cuando se demoró a su dueño, quien luego fue liberado. Por otro lado, entre el pequeño arsenal de Segovia que encontró la policía había tres pistolas calibre 9 milímetros (dos Glock y una Pietro Beretta), otra Glock calibre 10 milímetros, cuatro escopetas calibre 12/70 (marcas Remington, SPS, Maverick y Franchi), un revólver Magnum calibre 22 y una carabina Ruger 22.

El chalet tenía custodia privada y fue comprado por Segovia en unos 350 mil dólares hace dos años, cuando se instaló en Rosario simulando ser un empresario exitoso. Ayer, los investigadores trataban de comprobar la compra de un avión o avioneta realizada recientemente. Los movimientos en esa casa, según fuentes policiales, venían siendo vigilados por agentes que se hacían pasar por caddies de golf (su vivienda está frente a los links del Rosario Golf). Las mismas fuentes señalaron que Segovia podría enmascarar su accionar generando una empresa fantasma de exportación de bananas, que incluso podría haber realizado los cargamentos ilícitos por algún puerto de la zona.

El siguiente allanamiento fue al mediodía de ayer –en total fueron 13– y también ocurrió en Rosario, en un estudio contable ubicado en Rivera Indarte 3755. Allí la policía detuvo al contador de Segovia, Roberto Guerini, secuestró 50 mil dólares, 12 mil pesos, 3000 euros, varias computadoras y teléfonos. Según la policía, el resto de los allanamientos sucedieron en distintas oficinas de Rosario y Gobernador Gálvez. En uno de ellos se apresó a otro hombre identificado como Daniel Bocchi, de 28 años. También se requisó un estudio jurídico.

Los bienes incautados terminaron en la localidad de Campana. Allí, el juez federal Federico Faggionatto Márquez, a cargo de la causa de “la ruta de la efedrina”, indagará hoy a los detenidos.

Segovia y su hermano, Sebastián, fueron capturados el domingo pasado por agentes de la Side y de la Bonaerense en el Aeroparque Jorge Newbery. Los hermanos estaban por abordar un vuelo hacia Misiones (se estima que planeaban salir del país ilegalmente) y durante el operativo se les secuestró un auto Volkswagen Pasat, dos teléfonos, dos notebook, 3000 dólares y 2000 pesos.

Mario Segovia tenía en su poder el DNI de Héctor Germán Benítez, un recluso que está detenido en la cárcel de Sierra Chica acusado de un robo calificado. Según la investigación realizada por la Side, entre 2006 y 2008 compró 8100 kilos de efedrina, cuyo precio en el mercado ilegal mexicano es de unos 30 millones de dólares. Una de las hipótesis del juez Faggionatto Márquez es que Segovia –quien tenía ordenada su captura hace meses pero bajo el nombre falso de Benítez– le compraba efedrina a Raúl Ribet, uno de los primeros imputados presos en la causa por el laboratorio de metaanfetamina en la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz.

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