SOCIEDAD › CONDENARON A UN GIGOLó POR CHANTAJEAR CON VIDEOS íNTIMOS A SU EX AMANTE DUEñA DE LA BMW
El exclusivo gigoló suizo Helg Sgarbi se enredó con Susanne Klatten, la mujer más rica de Alemania y dueña del 46 por ciento de la BMW. Mientras mantuvo su romance, sus encuentros en Munich eran filmados. Sgarbi fue denunciado y lo condenaron a seis años.
Con una eterna media sonrisa y su aspecto de hombre formal, con traje oscuro, corbata, cabello prolijo y anteojos, el suizo Helg Sgarbi, de 44 años, escuchó ayer el fallo que lo condenó a seis años de prisión por haber extorsionado a su ex amante, Susanne Klatten, de 46, considerada la mujer más rica de Alemania. Sgarbi, que le había sacado más de siete millones de euros a su enamorada inventando la historia de un accidente de tránsito en los Estados Unidos que supuestamente lo obligaba a pagar una fuerte indemnización, intentó extorsionarla después, bajo la amenaza de difundir fotos y videos de sus encuentros íntimos. La mujer, casada y madre de tres hijos, a pesar del escándalo personal, lo denunció ante la Justicia, que ayer lo condenó por esa y otras tres extorsiones similares. “Querría pedir disculpas públicamente a las víctimas”, dijo Sgarbi a los jueces antes de escuchar la sentencia. Mantenía su sonrisa socarrona mientras hacía un gesto, de brazos abiertos y hombros encogidos, adecuado sólo para quien pide disculpas por un pisotón. Sgarbi reunió un botín de diez millones de euros del que se recuperó apenas una ínfima parte.
Susanne Klatten, dueña del 46 por ciento de las acciones de la automotriz BMW, tuvo que confesar, en la denuncia contra Sgarbi, que se había deslumbrado con él, a quien describió como “un hombre fascinante de ojos azules, alto y delgado” por el que sintió “una gran cercanía”. Se habían conocido el 17 de agosto de 2007 en el bar del hotel Holiday Inn, de Munich, donde durante un tiempo compartieron la habitación 629. El romance duró menos de nueve semanas y media, pero el seductor Sgarbi logró que Lady BMW le “prestara” 7,3 millones de euros, que él dijo necesitar con urgencia para pagar una indemnización. Argumentó entre gemidos de dolor haber atropellado y dejado inválida a una niña en una ruta de los Estados Unidos, alejada de los centros urbanos.
Pero después, la mujer poderosa comenzó a ser jaqueada por mails en los cuales su ex amante le enviaba escenas de sexo entre ambos que habrían sido filmadas, al parecer, desde una habitación contigua al nido de amor en el Holiday Inn. Klatten simuló acceder al chantaje, que significaba el pago de 49 millones de euros a cambio de no difundir las pruebas de la infidelidad. La amante engañada hizo una cita en un lugar público, pero en lugar de ella acudió la policía y Sgarbi fue detenido. En el caso, según la primera versión que dio el imputado, habría intervenido el gurú de una secta italiana, Ernano Barretta, quien se presume que hizo las filmaciones y tomó las fotos comprometedoras, y hasta la propia mujer de Sgarbi, llamada Gabriele, que aceptaba todo por una participación en las ganancias.
Al juicio, que comenzó y concluyó ayer, llegó Sgarbi como único imputado. La prensa europea lo llama “el gigoló suizo”. La audiencia en el Tribunal Provincial de Munich iba a durar una semana, pero todo se aceleró con la inmediata e inesperada confesión del acusado. A través de su abogado, Egon Geis, el amante extorsionador admitió que todas las acusaciones en su contra, formuladas por las cuatro mujeres –los nombres de las otras tres quedaron en el anonimato–, eran “básicamente correctas”. Luego de la aceptación de culpabilidad, tras un breve cuarto intermedio, el tribunal anunció una condena a seis años de cárcel, tres menos que lo que había solicitado la fiscalía, y uno más de lo que había sugerido, como máximo, la defensa.
“Estoy contento”, dijo con sinceridad el abogado defensor, Egon Geis, quien luego explicó: “¿Por qué lo estoy? Porque podrían haberlo sentenciado a 12 o incluso a 15 años” de prisión. Sgarbi fue acusado por cuatro “estafas graves” y por “dos intentos graves de chantaje” en contra de las cuatro mujeres. El fiscal del caso, Thomas Steinkraus-Koch, por su parte, aclaró que “en general no hay motivo de satisfacción” para los que acusan porque “no hay ninguna victoria”. Sobre el veredicto en este caso, dijo que hará “una evaluación” y luego de una “lectura detallada de los fundamentos, decidiremos si pedimos una revisión” del fallo.
En la causa, las víctimas coincidieron en que Sgarbi “era diferente a los otros, no parecía un gigoló”. El se presentaba como licenciado en Derecho, oficial retirado del ejército y las deslumbraba con sus conocimientos. Entre otras cosas, habla con corrección ocho idiomas, lo que le permitía abordar a mujeres de distintas nacionalidades. Se dijo, incluso, que Sgarbi había estafado a la condesa Verena du Pasquier-Geubels, más de cincuenta años mayor que él. Ella también lo denunció, pero retiró los cargos antes de morir, en 2002. En el juicio se dijo que, en total, Sgarbi había reclamado a sus ex amantes la suma total de 340 millones de euros.
No se sabe cómo recibió Klatten el fallo de la Justicia, pero se presume que, al menos, se alegró porque la rápida confesión del imputado le evitó el duro momento de ir a prestar declaración en el juicio. La confesión del chantajista fue calificada, por las fuentes judiciales, como “un cambio sorprendente”. En su breve intervención ante los jueces, Sgarbi dijo que lamentaba “profundamente” lo sucedido y pidió disculpas “a las damas damnificadas”. A su gesto final de brazos abiertos y sonrisa ladeada sólo le faltó la caída del telón. Nunca confesó qué hizo con los 7,3 millones de euros que le quitó a Klatten, y los tres millones que les pudo sacar, con engaños, a las otras tres mujeres. Se afirma que Lady BMW tiene una fortuna estimada en los 13 mil millones de dólares.
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