Un sacerdote de la localidad de Gerli que asiste a adolescentes con problemas de adicción al “paco” denunció ayer haber recibido amenazas de muerte. La intimidación propiciada contra el sacerdote Pablo Osow es el segundo caso contra un religioso en menos de una semana. “Hace unos pocos días aparecieron un par de amenazas de muerte. Fueron muy parecidas a las que recibió el padre Pepe”, aseguró Osow, refiriéndose a las amenazas de que fue víctima el sacerdote José María Di Paola el último lunes. Tanto Di Paola como Osow habían cuestionado el avance del narcotráfico.

La nueva denuncia fue difundida por el religioso Osow, encargado de la parroquia San Pedro Armengol, en Gerli. Semanas atrás, el sacerdote había señalado que ante el avance del problema de las drogas “el Estado no interviene”. Osow relató que junto a otros sacerdotes de Gerli, en el sur del Gran Buenos Aires, salen “a la calles a buscar pibes que se drogan para ofrecerles ayuda, ya que en la parroquia tienen un tratamiento ambulatorio”.

“Hace unos pocos días aparecieron un par de amenazas de muerte. Fueron muy parecidas a las que recibió el padre Pepe”, indicó el párroco bonaerense. Específicamente, el sacerdote Osow hizo referencia a las amenazas recibidas por Di Paola, a quien el lunes pasado un desconocido lo interceptó por la calle y le dijo que “iba a ser boleta”.

Ayer, en declaraciones radiales, Osow ratificó su postura sobre el circuito del narcotráfico en las villas: “La policía está en conocimiento sobre la cadena de producción, venta y consumo de la droga”, dijo el sacerdote. El religioso recordó que “cuando tomamos contacto con la policía, el comisario me dijo que no había en la comisaría ni una sola investigación iniciada sobre droga”. “Eso es un insulto a la inteligencia y una falta de respeto”, aseveró el religioso. Porque según el párroco de Gerli, “resulta escandaloso que la policía diga que no conoce dónde se vende la droga”.

A raíz de las reiteradas intimidaciones, el sacerdote Osow, junto a otros religiosos, escribieron una carta en la que expresan: “Hermano traficante, yo te daría una mano a vos también si en vez de amenazarnos te dejaras ayudar”.