En Bogotá, Colombia, el periodista Hugo Cuartas se salvó de morir cuando la bala que le fue disparada en un asalto pegó contra el crucifijo de madera que llevaba en su pecho. El propio afectado dio a conocer el hecho, que ocurrió cuando era acompañado por su compañero Carlos Mesa, en la ciudad de Manizales, a 278 kilómetros de Bogotá. Los dos acababan de salir de un canal de televisión y subieron a un taxi. En ese momento fueron asaltados por dos hombres armados. Cuartas subió al coche, mientras su compañero era rodeado por los dos ladrones. Cuando el periodista hizo señas a otro vehículo para pedir auxilio, uno de los ladrones le disparó. La bala ingresó a su pecho, pero la herida fue poco profunda porque fue retenida por el Cristo de madera. “Me salvó mi devoción”, dijo Cuartas.