SOCIEDAD › UNA MUTUAL PUEDE PERDER EL EDIFICIO DONDE FUNCIONA DESDE HACE DIEZ AñOS
La Mutual Sentimiento tiene cinco mil socios. Fue fundada por ex presos políticos y exiliados. Funciona en un edificio al lado de la estación Lacroze, en Chacarita, cedido por el Estado nacional que, ahora, amenaza con no renovar el contrato.
El concepto de red social es el que describe de manera perfecta las características de la Mutual Sentimiento, una agrupación del barrio porteño de Chacarita que, tras diez años de historia, abraza a cinco mil socios. Por estos días, el colectivo que se convirtió en el suelo donde echaron raíces proyectos comunitarios como una farmacia social de medicamentos genéricos, una red de comercio justo y consumo responsable, una radio comunitaria y un proyecto lúdico que contiene a chicos en situación de pobreza, afronta la amenaza de que todo se disuelva: hace poco más de un mes que la Administración Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF) se niega a renovar el contrato de cesión del edificio, ubicado al lado de la estación Federico Lacroze, donde la mutual funciona desde sus inicios. “El edificio está incluido en un programa de remodelación de estaciones. Van a tener que encontrar otro sitio”, confirmó el gerente de Explotaciones del organismo dependiente del Ministerio de Planificación Federal, Mario Zamora. “Si perdemos el edificio, todo lo demás se cae por su propio peso”, explicó Graciela Dravicevich, una de las creadoras del colectivo, quien a pesar de todo no se da por vencida: “Confiamos en que todo se va a solucionar y que Sentimiento seguirá existiendo por muchos años más. La fuerza de sus miles de socios lo demuestra a diario”.
Como toda historia, la de Sentimiento tiene un punto de inicio, y ese punto, un algo que lo motivó. A mediados de 1998, un grupo de ex detenidos y exiliados políticos durante las dos últimas dictaduras militares “nos unimos para darle continuidad a la lucha por la que estuvimos presos o por la que debimos huir del país. En los ’70 fue mediante la lucha armada. Cuando nos reencontramos, entendimos que debíamos dar la pelea por los mismos objetivos de otra manera, adaptar la militancia a la democracia”, apuntó Dravicevich.
Con una pila de años escurridos en el asfixiante encierro de una celda o en el exilio, no resultaría descabellado sospechar que Sentimiento es una suerte de grupo de autoayuda para sus fundadores. Nada más distinto. Si lo que los unió en la experiencia de aquellos años se convirtió en el núcleo de la organización, la realidad es que el fin de esa reunión sin fecha de vencimiento –hasta el acecho del fantasma del desalojo– no se agota en ellos. Con el nuevo proyecto encontraron la manera de hacer extensiva la cosecha de la lucha de antaño, “una vuelta de tuerca; la frutilla del postre de toda una vida de militancia”, intentó poner en palabras una de las fundadoras.
Todas las actividades que se desarrollan en Sentimiento tienen como horizonte “paliar los efectos que genera el abandono del Estado en ciertas áreas de la sociedad, como la salud, la educación. Nosotros nos centramos principalmente en la generación de puestos de trabajo y en la capacitación como vía de cambio”. La Farmacia Social, la red de comercio justo y consumo responsable “El Galpón”, la juegoteca y la radio comunitaria son algunos de los emprendimientos que se enredan en el núcleo de la mutual y apuntan a aquel horizonte (ver aparte). Y todos bajo una misma mecánica de funcionamiento: el cooperativismo.
Son cinco mil los socios que dan forma a la estructura y que, a la vez, hacen uso de ella. “Unirse en la diversidad”, destacó la mujer, como uno de los logros más importantes de la mutual, en cuya construcción cotidiana los prestadores de servicios y los beneficiarios se entremezclan de manera permanente. Allí, los profesionales que buscan “ejercer su profesión desde otra perspectiva, sin que el dinero medie entre el servicio que brinda a la sociedad y la sociedad misma”, pueden hacerlo.
–¿Cuál es el secreto para mantener el funcionamiento de la mutual durante una década?
–El trabajo colectivo. Acá nunca hubo figuras personales. Las personas que forman parte de la mutual, más que nada los profesionales –farmacéuticos, nutricionistas, docentes– son personas que entienden sus roles, el desempeño de su profesión desde el funcionamiento social y comunitario y no desde la mera producción de dinero.
“Ahora todo eso está en peligro. Si perdemos el edificio, todos los proyectos se caerán por su propio peso”, advirtió Dravicevich. El edificio de Lacroze 4181 fue, desde el minuto cero, la base concreta donde esos cinco mil pares de manos levantaron la estructura invisible de Sentimiento. Hasta el 28 de abril pasado, la negociación con el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe) –regente del inmueble hasta mediados de 2008– había resultado favorable para el colectivo, que siempre logró la renovación del permiso de uso del lugar. “Tuvimos miedo al desalojo en dos oportunidades: una fue durante la gestión porteña de Fernando de la Rúa, cuyas intenciones eran ceder el lugar a Gendarmería Nacional. La otra fue durante la presidencia de Eduardo Duhalde, que lo quería para venderlo sin más”, detalló.
El 1º de diciembre de 2008, a través de una dictamen del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, todos los bienes ferroviarios del país –terrenos y edificios– pasaron a las arcas de la ADIF S.E., que ahora les reclama el espacio. “Cada vez son más fuertes los rumores de que están esperando a que pasen las elecciones para desalojarnos”, añadió Dravicevich. El rumor toma carácter de verdad a medida que las negociaciones por el espacio avanzan: “Todo el tiempo nos están diciendo que así como estamos no vamos a continuar. Sabemos que pasadas las elecciones esto va a explotar”, agregó.
Si bien la mujer sostuvo que desde ADIF nunca aseguraron haber tomado una decisión al respecto, las respuestas del organismo frente a las consultas de Página/12 no reflejaron lo mismo. “Ya les comunicamos que deberán encontrar otro lugar donde poder seguir funcionando”, confirmó el gerente de explotaciones de ADIF, Mario Zamora. Según explicó, el inmueble forma parte de una serie de edificios que serán remodelados en el marco de un programa que involucra 200 estaciones ferroviarias de todo el país. A pesar de asegurar que están asistiendo a los integrantes de la mutual en la búsqueda de un nuevo destino, no fue para nada preciso en la especificación de las opciones que les ofrecieron: “Hay un lugar en Villa Urquiza y otros... Hay que ver. Estamos en la etapa de negociación”, concluyó Zamora.
Pese a la situación, la gente de la Mutual Sentimiento mantiene su argumentación esperanzada: “Estamos determinados a que no nos saquen de acá. Fortalecidos y convencidos de que los proyectos de la mutual existirán por mucho tiempo más”.
Informe: Ailín Bullentini.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux