SOCIEDAD › OPINION
› Por Raúl Kollmann
No hay, ni hubo, un solo testigo que haya afirmado que Carlos Carrascosa tuvo alguna pelea con su esposa, María Marta García Belsunce. Más bien, todo lo contrario. Todos los testigos coincidieron en que eran un magnífico matrimonio.
El fallo de ayer de la Cámara de Casación tampoco dice una palabra sobre por qué Carrascosa habría matado a María Marta.
No hay, ni hubo, ningún testigo que viera alguna vez a Carlos Carrascosa con un arma ni en una actitud violenta.
Tampoco los jueces aportan algún elemento sobre eso ahora.
Casación afirma que el viudo debió darse cuenta de que a María Marta la asesinaron y que ocultó el homicidio. Como está probado en la filmación de la autopsia, ni siquiera los propios forenses, con el cuerpo a la vista, se dieron cuenta de que a María Marta la mataron. Recién cuando le abrieron el cráneo y encontraron los proyectiles, percibieron que le habían disparado.
Carrascosa no llamó a una sino a dos ambulancias para socorrer a María Marta. También convocó de urgencia a un estudiante de medicina de quinto año, que vivía en El Carmel. ¿Es ésa la actitud de alguien que quiere tapar un crimen o su estrategia sería que el cuerpo lo viera la menor cantidad de médicos posible?
Pero, además, quien primero planteó las dudas fue el hermano de María Marta, John Hurtig. Ante su insistencia, los García Belsunce convocaron al fiscal –sí, a Diego Molina Pico– y al entonces jefe de Investigaciones de la Bonaerense en San Isidro.
Durante varios meses, el Tribunal Oral llevó adelante el juicio contra Carrascosa. Entre los jueces no hubo acuerdo pleno sobre si el viudo debía ser condenado por tapar el crimen, pero los tres magistrados coincidieron en que no había un solo elemento para probar que hubiera asesinado a su mujer. Una clave es que Carrascosa no tuvo tiempo de matar a su mujer y, encima, organizar la escena para que parezca un accidente. Ahora, asombrosamente, tres jueces que no estuvieron en el juicio afirman que por una llamada de las 19.07 en la que se escucha una voz femenina de fondo, se probaría que a esa hora sólo estaban en el lugar Carrascosa y dos integrantes de su familia, cuando en el juicio oral se demostró que ya estaba allí la masajista Beatriz Michelini y que seguramente la voz que se escucha es la de ella. La propia Michelini lo dice: le pidió al viudo que llamara a la ambulancia y es en esa llamada que se escucha la voz de mujer de fondo.
Durante todo el proceso, hubo una negativa del fiscal a investigar a otros sospechosos del homicidio, entre ellos al vecino Nicolás Pachelo. Este terminó condenado a tres años de prisión por ocho robos en casas, en varias oportunidades en casas de sus mejores amigos. En uno de esos robos, en el que confesó que había mandado “dos muchachos” de Pilar, ingresaron a la vivienda de la madre de uno de sus amigos con un arma en la mano. ¿Por qué se descartó siempre esta vertiente de la investigación? Pachelo dijo hasta el cansancio que no estaba en el country a esa hora y las cámaras de seguridad demostraron que sí estuvo y que salió después.
¿Por qué se descartó la hipótesis de la participación en el homicidio de vigiladores de El Carmel que terminaron confesando que robaban en las casas? No parece para nada descabellada la hipótesis de que alguien había entrado en lo de Carrascosa y María Marta para robar, ella llegó inesperadamente y la mataron. Corrían tiempos del corralito y estaba el rumor de que el matrimonio tenía mucho dinero guardado.
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