Acusada de cometer cerca de 900 estafas y con más de 100 pedidos de captura radicados a su nombre, el sábado pasado fue detenida una mujer que a través de engaños inmobiliarios logró recaudar ilícitamente más de tres millones de pesos en menos de 10 años. El modus operandi era sencillo, pero efectivo: consistía en alquilar un departamento y luego simularse como gestora y alquilarlo a varias personas a la vez, para luego escaparse y desaparecer con el dinero correspondientes a las señas de cada una de sus víctimas. Mediante el uso de documentación e identidades falsas, la acusada simulaba ser abogada y gestora. “La causa está caratulada como ‘estafas reiteradas’ y ‘falsificación de documento público’. No descartamos que haya más personas involucradas en el hecho”, confirmó a Página/12 Agustín Mena, subcomisario de la Federal y encargado del operativo de detención.

El sábado pasado, cuando los uniformados de la División de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales detuvieron a “La Doctora”, la mujer decía llamarse Marcela Adriana Lauría. En numerosas transacciones inmobiliarias también usaba el nombre de Ana María Guerrero, pero “al ser debidamente identificada se comprobó su verdadero nombre, que nada tenía que ver con los que utilizaba para cometer los engaños”, dijo Mena. Según el subcomisario, en el allanamiento realizado en una vivienda del barrio porteño de Caballito “se le tomó testimonio a una empleada doméstica de la acusada, quien confirmó su identidad. Luego se le tomaron las huellas digitales”.

Durante más de 10 años y para encubrir su identidad –“era la única cara visible para las víctimas”–, la acusada operaba cambiando su fisonomía constantemente: “Cambios de color de pelo, cortes distintos y cirugías estéticas”. Además tenía distintas identidades, portaba documentos apócrifos y encarnaba el papel de gestora de inmobiliaria, operando en importantes barrios de la ciudad de Buenos Aires y en la zona norte del Gran Buenos Aires.

Durante la detención “se incautaron 26 DNI a nombre de distintas personas con fotos de la detenida, tres credenciales de abogados distintos con la imagen de la mujer y con otra filiación, y contratos de alquileres y escrituras de inmuebles falsas”, relató el subcomisario. Los investigadores establecieron que sobre “La Doctora” pesaba un centenar de pedidos de captura vigentes a solicitud de distintos tribunales federales y provinciales, llegando a cometer casi 900 estafas, recaudando con sus engaños más de 3 millones de pesos.

Las víctimas de la mujer serían personas de “buenos recursos con necesidad de conseguir viviendas rápidamente”. Ofertaba departamentos en alquiler en periódicos e Internet, con precios accesibles y trámites ágiles para la posesión inmediata, siendo su radio de acción zonas de importante poder adquisitivo. En los barrios de Recoleta, Palermo, Almagro, Villa Devoto y Caballito, la mujer montaba lujosas oficinas y se hacía pasar como abogada, gestora de alta reputación y, además, decía ser asesora de asuntos inmobiliarios en el Congreso.

Desde sus oficinas “fantasma”, la mujer conseguía un buen departamento y lo alquilaba con un nombre falso. Tras esa primera maniobra, lo subalquilaba a varias personas a la vez, realizando el correspondiente contrato en distintas escribanías y utilizando siempre identidades diferentes. Por el momento, “no se descarta que la mujer operara con algún cómplice, aunque sólo se la detuvo a ella”, aseguró Mena. En la investigación interviene el juez Ricardo Warley, del juzgado 12.