Félix Demonty, hermano mayor de Ezequiel, el chico que murió ahogado al ser obligado por policías federales a arrojarse al Riachuelo en 2002, denunció ayer que fue golpeado por efectivos de la misma comisaría en la que trabajaban quienes fueron condenados por el crimen de su hermano. El hecho fue repudiado por el Programa Nacional Anti Impunidad (PNAI), dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación.

La tarde del viernes pasado, Félix, quien trabaja en el Museo de la Memoria que funciona en la ex ESMA, bajó de un colectivo en De Vedia y avenida Cruz, en Pompeya, donde se encontró con un hombre que meses atrás había insultado a su mujer Melisa Sánchez, madre de sus dos hijos. En ese momento se originó una discusión, tras lo cual arribaron dos motos de las fuerzas de seguridad. “El policía que me apuntaba estaba muy nervioso, traté de hablarle para tranquilizarlo porque tenía miedo que hiciera cualquier cosa si me daba vuelta”, relató Félix.

Luego, contó el joven, recibió una “fuerte trompada en la nuca” de parte del otro efectivo que se le acercó por la espalda. El hermano de Ezequiel Demonty indicó que, si bien no recuerda cuántos policías lo atacaron, recibió varias patadas en la cabeza y el resto del cuerpo, en presencia de su mujer, quien fue a alertar de lo ocurrido a su suegra, Dolores Sigampa. Según fuentes del PNAI, cuando la mujer arribó al lugar, uno de los policías le dijo: “¡Andate de acá, negra de mierda!”.

Félix y el hombre que inició la pelea fueron derivados a la comisaría 34ª, donde trabajaban los policías que asesinaron a su hermano. Allí le iniciaron una causa por “resistencia a la autoridad”.