El ex director de la filarmónica de la BBC y de la Royal Opera House londinense Edward Downes y su esposa murieron en una clínica de asistencia a suicidas en Suiza. El, de 85 años, sufría problemas de audición y de la vista y, ella, de 74, tenía un cáncer terminal. La organización Dignitas de la ciudad de Zurich fue el lugar elegido por el matrimonio para llevar a cabo la ingesta de un cóctel mortal de barbitúricos. En un comunicado de prensa, los hijos de la pareja aseguraron ayer que sus padres fallecieron “el viernes (pasado) plácidamente bajo circunstancias de su propia elección”.

El país elegido por el matrimonio Downes para morir no fue al azar. Suiza mantiene el derecho a la autodeterminación, también para el caso de la muerte. En la nación de los cantones, no sólo se permite la ayuda pasiva, sino que además si la persona implicada decide terminar con su vida por ley se permite la asistencia indirectamente activa. La provisión de esas drogas, bajo prescripción médica, no es un delito.

“Luego de 54 felices años juntos, decidieron terminar con sus propias vidas en lugar de seguir luchando contra serios problemas de salud”, afirmaron ayer, en un comunicado de prensa, los herederos (Caractacus y Boudicca) de Edward y Joan Downes. En realidad, Downes, de 85 años, estaba prácticamente ciego y sordo, y su esposa sufría de cáncer en su fase terminal. El viernes pasado, ambos provocaron su muerte al ingerir una sobredosis de barbitúricos en la clínica especializada Dignitas de Zurich. No obstante y por razones de confidencialidad, el fundador de la organización de asistencia a suicidas, Ludwig Minelli, aún no confirmó las muertes.

Nacido en 1924 en Birmingham, en el centro de Inglaterra, Downes estudió en la Universidad Real de Música con el director alemán Hermann Scherchen. En 1952 ingresó a la Royal Opera House de Londres como empleado y su primer trabajo importante fue como apuntador de la soprano Maria Callas. Al año siguiente, Downes debutó como director de la compañía y llegó a ser director musical adjunto.

También, durante 40 años, el hombre estuvo asociado a la Orquesta Filarmónica de la BBC. Entre 1980 y 1991 fue director principal y, luego, emérito. En el ’91, Downes recibió de la reina Isabel II el título de caballero. Fue conocido, además, por su apoyo a compositores británicos y su pasión por Prokofiev y Verdi. Por su parte, su esposa había iniciado una carrera de bailarina, antes de convertirse en coreógrafa, productora de televisión y finalmente asistente personal de Downe.

Los suicidios de Downe y su mujer fueron los más recientes en una serie de casos que han suscitado varios intentos de reformar las leyes en Gran Bretaña, donde el suicidio asistido y la eutanasia están prohibidos. De hecho, más de un centenar de británicos ya se han desplazado a la clínica Dignitas para practicar un suicidio asistido. Pese a la presión de las asociaciones, la Cámara de los Lores rechazó hace una semana un proyecto de ley destinado a proteger a los británicos que ayudan a un allegado en fase terminal a suicidarse en el extranjero en una clínica especializada.

De todas maneras, durante la jornada, la Policía Metropolitana de Londres aseguró públicamente que recibió notificación de los deseos y que estaba investigando los hechos.

Para los hijos de la pareja, sus padres “vivieron al máximo y se consideraban extremadamente afortunados de haber tenido vidas tan gratificantes, tanto profesional como personalmente”. Sin embargo y dadas las circunstancias de la muerte, la familia dijo que no habrá funeral.