Lun 27.07.2009

SOCIEDAD  › NO HAY PISTAS DE LOS LADRONES DEL BANCO FRANCéS DE SAN MIGUEL

Mano de obra cara y limpita

La anulación de las alarmas es un dato que los investigadores analizan como una información que salió de adentro. Hoy comienzan a declarar las 25 víctimas, los dueños de las cajas de seguridad. Las únicas pistas podrían ser dos camiones.

Los 25 dueños de los cofres de seguridad del Banco Francés de San Miguel empezarán a desfilar a partir de hoy ante la fiscal del caso. Sin pistas para seguir, se analizaban los últimos robos de camiones en la zona y una serie de huellas tomadas en el lugar, en busca de pistas de los delincuentes que, en la medianoche del sábado, se llevaron un tesoro móvil con 25 cajas de seguridad. También, según fuentes policiales, existen imágenes de cámaras de seguridad cercanas a la entidad asaltada que captaron movimientos. Los investigadores confían que entre ellas puedan obtener imágenes de los ladrones. Cada cofre está cubierto por un seguro de 50 mil pesos, por lo que el botín asciende, según esas coberturas, como mínimo a 1.250.000 pesos. La grúa, las herramientas y los camiones con los que habrían realizado el atraco, están tan evaporados como los valores de los cofres, y nada se sabe.

“Estamos tras la pista de los dos camiones utilizados en el asalto y en ese sentido analizamos los últimos robos de ese tipo de vehículos en la zona”, explicó ayer un jefe policial que participa de la investigación. Según el oficial, “un hombre contó que a la hora en la que ocurrió el hecho vio pasar un camión Scania color blanco y a un Mercedes Benz rojo. Pero, no sabemos si los vehículos pertenecen a los ladrones”.

El investigador indicó que las cámaras del banco no captaron nada sobre el momento del robo porque estaban desactivadas por las tareas de refacción –igual que las alarmas–. El jefe policial confirmó que tampoco hay edificios con cámaras en la misma manzana de la sucursal. No obstante, “hay imágenes de cámaras de seguridad de otra cuadra donde se ven movimientos de camiones”, precisó el investigador.

Un vocero judicial dijo ayer que los peritos de la policía científica levantaron huellas del interior de la sucursal y que están siendo analizadas en los laboratorios de San Martín. De todas maneras, “es una investigación larga y recién comienza”, indicó el informante. El jefe policial también coincidió en que van a pasar varios días hasta que se produzcan novedades. Al mismo tiempo y por si acaso, el policía defendió la tarea de los efectivos de la comisaría 1ª de San Miguel, ya que la patrulla de la cuadrícula recorrió varias veces durante las primeras horas de la madrugada el lugar donde está ubicada la sucursal.

De acuerdo con el jefe policial, “los vecinos escucharon los ruidos y no llamaron al 911 porque les pareció normal por las tareas de refacción que se venían haciendo en el lugar”. De todas maneras y pese al tiempo transcurrido, todavía el relato es un tanto confuso.

Supuestamente, el hecho comenzó el sábado pasado a las 0.20 en avenida Presidente Perón 1226 –pleno centro de San Miguel–. Hacía varios días que la sucursal bancaria estaba en refacción. Los ladrones habrían ingresado disfrazados como operarios por una persiana trasera de un garaje por la que los obreros sacaban la mampostería para tirarla en un volquete. Una vez dentro de la entidad, los delincuentes redujeron con armas cortas al vigilador privado, le sacaron un pulsador de pánico que tenía en un llavero para que no pudiera alertar del robo y lo encerraron con la docena de obreros en un baño.

Con herramientas, rompieron dos paredes de ladrillo hueco y llegaron a una caja fuerte, en la que había guardados 25 cofres de seguridad. La caja, que pesaría unos 4700 kilos y se la conoce como “tesoro móvil”, fue cargada en un carrito de los que transportan mercaderías –“Clark”–, y subida a uno de los dos camiones que los ladrones habían dejado en la puerta, un Mercedes Benz rojo y un Scania blanco. Para los investigadores, los ladrones llegaron al banco con dos camiones porque seguramente hubo un “entregador” que tenía el dato equivocado de que el dinero del tesoro estaba allí pese a las refacciones. Sin embargo, había sido retirado hace dos meses por la empresa de transportes de caudales Maco y lo único que quedaban eran los cofres de seguridad.

Según los voceros policiales, la banda permaneció dentro del banco cerca de cinco horas, pero ninguna alarma sonó cuando entraron porque el banco, a raíz de los arreglos que se estaban haciendo, las había desconectado sin dar aviso a la seccional. Además, el vigilador y los otros rehenes declararon que a las 23 del sábado un técnico cortó todas las alarmas, incluso las de movimiento, y desconectó las cámaras de seguridad, por lo que no se grabó ninguna imagen del asalto.

Una fuente policial aseguró que en la comisaría se tomó conocimiento del hecho a las 3.15, cuando se activó una alarma de la caja fuerte robada, y un móvil policial llegó al banco en seis minutos, pero no encontró a nadie. “Cuando la alarma se activó, una hora después de lo que fijaba su dispositivo, los delincuentes se habían ido hacía rato, porque si no, los hubiéramos atrapado”, reflexionó el vocero. En cambio, otra fuente afirmó que se enteraron del robo a las 6.20, cuando el vigilador se presentó en la seccional. La causa por el robo quedó a cargo de la fiscal 18 de Malvinas Argentinas, Gabriela Bibiana Disnan.

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