La Suprema Corte de Justicia bonaerense condenó al municipio de Junín por suministrar agua con alto contenido de arsénico, al sostener que esa sustancia “entraña un peligro cierto para la salud de los habitantes de la zona”, y lo instó a comenzar en menos de 90 días acciones contundentes para instrumentar un proceso de purificación del agua. El fallo podría extenderse a otras comunas bonaerenses con problemas similares.

La sentencia se dictó en el marco de un amparo que presentó un grupo de vecinos, en representación de los intereses colectivos de los usuarios del sistema de agua potable que suministra la red comunal –Juan Carlos Boragina, Marcelo Fabián Miano y Juan Ignacio Iúdica– contra la Municipalidad de Junín. La decisión del máximo tribunal provincial revirtió un fallo de la Cámara en lo Civil y Comercial de Junín, que rechazó el amparo presentado por esos ciudadanos.

La Corte pidió al Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires, el ente público de contralor, que intervenga de manera “formal y expresa” con el objetivo de “establecer un programa que, examinando todos los aspectos involucrados en la cuestión, fije un comportamiento definido con adecuada precisión técnica”.

La polémica sobre las aguas de Junín –y de otros municipios de la zona– está instalada desde hace años, luego de que un peritaje médico de la Asesoría Pericial Departamental aseguró que el agua consumida por los ciudadanos provoca cáncer de pulmón y laringe, entre otras enfermedades. El agua proviene de las napas subterráneas y, después de extraída, se distribuye a través de la red domiciliaria.

Un juez de primera instancia condenó al municipio a bajar los niveles de concentración del arsénico y de los nitritos en el agua corriente, pero las autoridades apelaron al sostener que ya cumplían con la legislación; la Cámara no accedió al planteo pero el caso ahora fue resuelto por la Corte en favor de los afectados.

Según la pericia que analizó la Corte, el nivel de arsénico en el agua implica serios riesgos para la salud. “Si se consume agua que excede los límites de arsénico aludidos (0,05 mililitros por litro) debe hablarse de consumidores de agua contaminada y no de agua potable”, define la sentencia.