SOCIEDAD › SIGUE DETENIDO EL CUIDADOR DEL CAMPING EN EL QUE DESAPARECIó LA NENA
Después de tomarle declaración, el juez liberó al papá de Sofía, que sigue imputado por las contradicciones en que incurrió. En cambio, el cuidador está imputado por la “sustracción” de la niña, desaparecida hace once meses en Río Grande.
Casi un día después de su detención, Fabián Herrera, el padre de la nena desaparecida hace once meses en Tierra del Fuego, quedó libre, pero sigue imputado por obstrucción de la Justicia. Ayer y durante poco más de 20 minutos, Herrera debió comparecer ante el juez Eduardo López a raíz de sus reiteradas y continuas contradicciones a lo largo de la investigación judicial. “Desde el principio de la búsqueda para dar con Sofía, tuvimos el criterio, al igual que el fiscal (Guillermo) Garone, de que todo testigo que mintiera o se equivocara en sus dichos, fuera detenido inmediatamente. A partir de ese concepto, Fabián quedó preso porque su estado de shock le impidió recordar ciertos datos menores”, confirmó a Página/12 Francisco Ibarra, abogado de la familia. El que sigue detenido es Alberto Urrutia, el cuidador del camping John Goodall, cuya situación es más complicada: continúa acusado por la “sustracción” de Sofía y alojado en la Unidad de Detención 1º de Río Grande.
El último jueves, tras realizar una segunda reconstrucción de la desaparición de Sofía, la Fiscalía de Río Grande consideró los dichos de Herrera como obstrucción de la Justicia. “En más de nueve meses no hubo ni un avance en la investigación y la querella permitió que, en menos de una semana, se tenga una persona detenida. Por eso es ilógico pretender que uno de los integrantes de la querella está obstruyendo el avance de la Justicia”, recalcó Ibarra.
De todas maneras, y en diálogo con este medio, el abogado de los padres de Sofía reconoció que Herrera cometió contradicciones, pero se quejó del trato al que lo sometió el juez, encarcelándolo. “Fabián está muy mal, necesita descansar, está extremadamente estresado. Fue sometido a un exceso de rigor que no correspondía, no debió ser detenido ni incluido así en el proceso”, expresó. Según consideró Ibarra, los errores en las declaraciones testimoniales fueron “lógicos y esperables” en “un padre desesperado que busca a su hija perdida”.
“Durante la investigación tuvimos, junto con el fiscal, un criterio muy duro en relación con las declaraciones testimoniales falsas o con contradicciones”, reiteró Ibarra. Sin embargo, para el letrado, Herrera no es un testigo más: “Estuvo quince días viviendo prácticamente dentro del camping buscando a Sofía, es razonable que no recuerde detalles menores sobre algunas ubicaciones”, explicó el representante de los padres de Sofía.
Herrera lloró al salir del despacho del juez, y en breve diálogo con algunos medios locales expresó que en la reconstrucción realizada en el camping John Goodall no supo “explicar las cosas, ubicar bien dónde estaba Sofía cuando desapareció”. “Esa confusión se debe a la desesperación mía”, manifestó y agregó: “Siempre el juez y los fiscales repitieron que sobre mí y mi esposa no hay sospechas, que no tenemos nada que ver con la desaparición de mi hija”. “Sofía tiene que aparecer sana y salva, no quiero pensar nada raro” dijo. “Hace once años que vivo y trabajo acá, todos me conocen, y no tengo ningún tipo de antecedentes malos”, se defendió.
Después de presenciar la declaración indagatoria de Herrera, el juez López explicó que “ya no existen motivos” para que el padre de Sofía continúe detenido. Pese a que aún no lo sobreseyó de esa imputación, expresó que “no existe elemento alguno que lleve a sospechar” que pudo haber participado en el secuestro de su hija. Su abogado pidió que el juez dicte su sobreseimiento.
La reconstrucción realizada el miércoles y jueves últimos permitió a los investigadores establecer con certeza el lugar en donde Sofía fue vista por última vez, a apenas 60 metros de la cabaña del cuidador Urrutia. Fue en ese procedimiento en donde Herrera expresó una de sus contradicciones más graves: señaló un sitio diferente, ubicado a más de 200 metros de la casilla. Pero, sobre todo, la pericia le permitió a López pedir un allanamiento más profundo de la vivienda de Urrutia. Ayer a la tarde, comenzaron las nuevas indagaciones sobre la vivienda del empleado del camping y el juez aceptó la posible realización de nuevas excavaciones en el área.
Urrutia también prestó declaración indagatoria y fue interrogado ampliamente, aunque el juez no quiso revelar detalles del testimonio. “Ahora hay un plazo para definir su situación y permanecerá detenido. En tanto, continuarán las evaluaciones de las indagatorias y las pruebas obtenidas en los procedimientos”, señaló el magistrado.
Según el abogado Ibarra, a partir de las pericias psicológicas realizadas al chico que dijo haber visto a Sofía dentro de un auto minutos después de su desaparición, se pudo establecer que “es muy probable que el menor haya observado la sustracción”. Pero “el resto del relato lo completó con sus propias fantasías”, concluyó el letrado querellante.
Informe: Mariana Seghezzo.
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