“Estaba en un control vehicular de rutina en la avenida Libertador y escuché las dos detonaciones de arma de fuego.” Con la declaración del policía Walter Orlando Serrano, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro comenzó el juicio oral por el secuestro extorsivo de Pablo Belluscio, que se extendió por 43 días en 2003. La primera jornada del juicio permitió reconstruir el caso a partir de que los secuestradores efectuaron aquellos disparos desde dos vehículos para poder escapar con el joven que había salido de su entrenamiento de hockey en el club Perú Beach, al norte del conurbano. En el recinto estuvieron presentes los siete acusados por el delito, quienes se negaron a declarar. Entre ellos estaba Horacio “Lala” López, que ya fue condenado a 23 y 15 años en otros dos casos de secuestro extorsivo. Belluscio, que recuperó su libertad sin dos falanges de su dedo índice derecho y el pago de un rescate de 147 mil dólares, no presenció la primera audiencia, pero prestará declaración en las próximas jornadas, en calidad de testigo.

Los jueces Clarisa Moris, Luis Oscar Zapata y Lino Mirabelli del TOC 2 iniciaron en la mañana de ayer las audiencias para esclarecer el secuestro de Belluscio, en el que se podrían fijar condenas de entre 10 y 25 años de prisión para Horacio “Lala” López, Angel David Martínez, Mario Leopoldo Ibarra y Alejandro Oscar Villagra, acusados por “secuestro extorsivo agravado por el uso de armas, por haber logrado el propósito, por la participación de tres o más personas y por haber causado a la víctima lesiones gravísimas”. El fiscal encargado de las acusaciones es Jorge García. En tanto, Belluscio no se presentó como particular damnificado.

El primer testigo en declarar en el edificio de Ituzaingó 340, al norte del Conurbano, fue el policía Walter Serrano, que en la noche del 22 de septiembre del 2003 cumplía servicio cerca del club donde secuestraron a Belluscio. Según su declaración, los disparos lo llevaron a correr hasta la esquina del club, donde un Volkswagen Gol rojo salió a alta velocidad, mientras que desde otro automóvil un hombre comenzó a disparar con fusil FAL. “Busqué resguardarme en algún lugar, pero me hirieron en la pierna izquierda. Los dos autos se fugaron por Libertador rumbo a Tigre”, relató Serrano, que ante el pedido del juez no pudo reconocer a ninguno de los imputados.

El primer relato del caso también fue escuchado por Agustín García, uno de los tres acusados por abuso de armas de fuego y resistencia a la autoridad. Juan Manuel Molina y Luis Daniel Ojeda no estuvieron presentes por un sencillo motivo: están prófugos.

El Tribunal Oral 2 también citó a declarar a otros cuatro uniformados, pero a pesar de las preguntas de los jueces, la respuesta de todos fue unánime: “No me acuerdo, no tengo memoria, pasó mucho tiempo”. Lo mismo le ocurrió al ex subdirector de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro Juan Carlos Torres, que se excusó: “Ese año (por 2003) hubo 120 secuestros. No parábamos de trabajar, los secuestros eran continuos”, por lo que aseguró no recordar con detalles su participación en la investigación.

El vigilador privado que observó el momento en el que fue dejada una prueba de vida para los familiares de Belluscio y un remisero llamado Ramón Cardozo, ex miembro de la Armada, también declararon en esta primera ronda, aunque no aportaron datos relevantes. Luego, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, cuando declaren más de los 176 testigos que hay programados.

En esa serie de testimonios se espera que esté el de Belluscio, que regresó del exterior para el juicio, pero no se presentó en la primera jornada. Sus declaraciones como testigo se esperan para las últimas jornadas del juicio que se extenderá por dos semanas.