Tres días del tornado que golpeó al municipio misionero de San Pedro y causó once muertos, Dieciocho familias fueron halladas en una zona de montes –frente al Parque Provincial Piñalito– por una cuadrilla de policías que recorría la zona buscando sobrevivientes. “Cuando llegamos al paraje para socorrer a las personas –dijo Oscar Herrera, jefe de Salud del Nordeste de Misiones, que trabaja en la zona del desastre–, les llevamos colchones, alimentos y lonas negras de plástico para cubrir los techos de las casas afectadas.” Las familias habían sobrevivido a la intemperie, con los pocos alimentos que habían logrado conservar. Según Herrera, coordinador médico del comité de emergencia, una lluvia incesante que castiga desde el lunes al municipio misionero “entorpece el trabajo de los voluntarios en las tareas de reconstrucción de las viviendas” y el pronóstico meteorológico indica que “el mal tiempo continuará durante todo el fin de semana”.

En la mañana del jueves, los rescatistas del Ministerio de Ecología, Recursos Naturales Renovables y Turismo de la provincia encontraron, en un paraje ubicado a 30 kilómetros al norte del epicentro del tornado, durante un primer operativo, a quince familias, mientras que en un segundo rastrillaje, al día siguiente, se encontraron tres familias más. “Cuando la gente del ministerio pudo llegar hasta las familias, después de liberar con motosierras y machetes las ramas caídas que impedían el paso, pudimos llegar con el cuerpo médico del Ministerio de Salud provincial para asistir a los damnificados y encontramos que algunas de las personas presentaban contusiones leves, pero en general, no mostraron lesiones graves”, dijo Herrera a Página/12. “Sólo prescribimos analgésicos y seguimiento médico para aquellos con congestión nasal y complicaciones respiratorias”, precisó.

El panorama que presentó la zona de Piñalito Sur fue similar a las primeras imágenes que llegaban el martes. “Cuando despejamos el terreno, encontramos importantes daños materiales y casas con techos volados”, comentó el jefe de Salud. Las autoridades estiman que “las tareas para recomponer los daños causados por el temporal demandarán entre tres y seis meses”.

Para evitar la propagación de enfermedades, “durante las primeras 24 horas enterramos, con cal viva, los animales muertos que encontramos, siguiendo las recomendaciones de los expertos del Ministerio de Salud de la Nación y de Cascos Blancos”. En el mismo paraje donde se encontraron las familias, en 2008, se produjeron casos de fiebre amarilla en monos, recordó el funcionario.

Sobre la situación de los damnificados, Herrera advirtió que “acá no estamos hablando de dueños de grandes aserraderos, y como todos ellos son pequeños agricultores, reactivar la agricultura familiar será prioritario de aquí en más”.

Pese a las importantes pérdidas y daños materiales, “la gente no abandona sus casas y se queda cuidando lo poco que no se llevó el temporal”. El tornado se ensañó, particularmente, con las colonias Santa Rosa y Polvorín, que fueron de las más dañadas por el tornado que se desplazó desde la ruta provincial 17 hacia la Ruta Nacional 14.

Hasta ayer, quince personas seguían internadas en diferentes centros de salud de la provincia. Ubicada al noreste de Posadas, a 240 kilómetros de esa ciudad, San Pedro, una región cuya economía se basa en la producción de madera y la cosecha de tabaco, ostenta la condición de ser el municipio más grande, pero también el más pobre de Misiones: con una población estimada en 38 mil habitantes, el 39 por ciento de sus pobladores tiene las necesidades básicas insatisfechas.