En una investigación conjunta entre jueces y organizaciones policiales de Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Serbia, fueron secuestrados ayer 2185 kilos de cocaína escondidos en el yate Maui, atracado en el puerto de Montevideo. Se trata del mayor decomiso de la historia de Uruguay y podría ser también de la Argentina, ya que el record anterior lo ostenta la llamada Operación Strawberry en la que se incautaron 2150 kilos. La valuación de la cocaína, ya puesta en Europa, es de casi 100 millones de dólares. En principio, la droga salió de Colombia, fue lanzada desde aviones en la Argentina, se cargó en el yate y todo indica que en alta mar se pasaría a un carguero con destino a España o Italia. Pero la tormenta del sábado a la noche impidió esta última movida, por lo que el Maui terminó en un puerto cercano a Piriápolis y luego se trasladó a otro, ubicado a 25 kilómetros de la capital de Uruguay. El dato más pintoresco es que el cargamento estaba acondicionado dentro de globos de piñatas. Toda la operación era capitaneada por traficantes de origen serbio.

En la Argentina, la investigación estuvo a cargo de la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal, que conduce el comisario Miguel Angel Castro, y bajo las instrucciones del juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky. En Uruguay intervino la jueza Graciela Gatti, que intervino después de que los investigadores argentinos detectaran una escucha entre celulares en la que contaban que el yate estuvo a punto de quedar a la deriva, pero que los ayudaron “las autoridades del lugar”. Consultada la Prefectura Argentina, ésta informó que no había registrado ningún caso de salvataje el sábado a la noche, por lo que sólo quedó la alternativa de la Prefectura de Uruguay. Y, efectivamente, las autoridades de esa fuerza informaron que habían rescatado a un yate el sábado a la noche. Todo esto disparó el allanamiento a la lujosa embarcación en la que se encontró la droga.

Según contaron a Página/12 varios hombres que participaron de la pesquisa, la droga indudablemente fue cargada en el Maui en la Argentina. Ayer se realizaron varios allanamientos y en un domicilio de la calle Vedia, en la Capital Federal, se encontró gran cantidad de globos de piñata, el mismo elemento usado para disimular la cocaína hallada en el yate. De acuerdo con los movimientos de la banda –que se siguieron a través de la ubicación de los celulares–, la mayor parte de la operación se hizo en la zona de Entre Ríos, aunque no está claro si del lado argentino o uruguayo. El seguimiento de los celulares no fue para nada fácil: la banda de serbios era tan sofisticada que los integrantes los cambiaban todos los días.

Los primeros datos sobre los narcos fueron aportados desde la misma Serbia en agosto. La DEA de ese país se contactó con la agencia argentina y al principio sólo se le aportaron a la Policía Federal el nombre y la dirección de un ciudadano serbio radicado en la Argentina. En las escuchas telefónicas sólo se hacía mención a dos nombres, Bond y Maui, pero nadie sabía a qué se referían. Los investigadores pensaron que se trataba de seudónimos.

Todo se desencadenó el sábado pasado con los diálogos acerca de la tormenta y las dificultades del yate. La búsqueda derivó en que las autoridades uruguayas informaron que ayudaron a una embarcación de nombre Maui, lo que por fin le daba algún significado al dato anterior que se tenía sobre Bond y Maui. De inmediato, Aguinsky se puso en comunicación con la jueza uruguaya Gatti y se produjo el allanamiento del navío, con la detención de dos serbios.

Todo indica que la organización manejaba más droga que la que se incautó y existen varios interrogantes:

- No está claro a qué carguero se iban a subir las dos toneladas. El yate obviamente no estaba preparado para ir hasta Europa y, además, en las escuchas, los integrantes de la banda hablan de un traspaso a un buque “en aguas profundas”. Se está haciendo un rastreo de los barcos que estaban en zona el sábado a la noche.

- Tampoco se sabe cómo llegó la droga colombiana a la Argentina. La hipótesis es que se tiraron bultos desde aviones y, tal vez, en la zona de Entre Ríos. Pero nadie lo sabe a ciencia cierta.

- Uno de los serbios detenidos en Uruguay admitió que traían 70 bolsas. Sin embargo sólo se decomisaron poco más de 50. Significa que, si el detenido no miente, hay 20 bolsas en otro lugar no identificado.

- Otro dato que falta es el referido al nombre Bond. Tal vez se refiere a otra embarcación.

- Existe la sospecha de que la organización cuenta con alguna propiedad en la zona de Entre Ríos, porque varios de los cruces telefónicos tuvieron esa provincia como escenario. Y la lógica es que en esa propiedad haya más cocaína. También se está investigando una zona del Delta, en el Tigre.

Si se tiene en cuenta que la Operación Langostino consistió en el decomiso de menos de 600 kilos de cocaína y Strawberry fueron 2150, la de ayer puede significar un record.