Lun 16.11.2009

SOCIEDAD  › EL 10 POR CIENTO DE LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS RECONOCIó HABER SIDO ABUSADO

Una luz roja en la infancia

Un estudio entre alumnos de facultades públicas y privadas, realizado por la Facultad de Filosofía y Letras, revela que casi el 10 por ciento de los/las estudiantes sufrió abuso sexual en la niñez, muchos por parte de familiares.

› Por Mariana Carbajal

Casi un 10 por ciento de estudiantes de universidades públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires reconoció que sufrieron algún tipo de abuso sexual antes de los 19 años por parte de un adulto de su entorno familiar o desconocido, según surge de la primera encuesta sobre experiencias traumáticas en la infancia y la adolescencia realizada en el país sobre una muestra de 2750 personas: desde manoseos hasta sexo oral y coito. El número de mujeres que respondieron afirmativamente duplica al de varones. En más de la mitad de los casos, el abuso ocurrió en la propia casa de la víctima o en la de sus abuelos. Al 44 por ciento de estudiantes que fueron abusadas/os, el hecho lo afectó entre “mucho” y “muchísimo”.

El relevamiento fue realizado por el Programa de Investigación en Infancia Maltratada de la Facultad de Filosofía y Letras, que encabeza la socióloga María Inés Bringiotti, presidenta de la Asociación Argentina de Prevención del Maltrato Infanto Juvenil (Asapmi). Los resultados fueron presentados este fin de semana en el II Congreso Internacional de Violencia, Maltrato y Abuso, organizado por Salud Activa, en el que participaron reconocidos expertos del país y extranjeros.

“Es una luz roja”, consideró Bringiotti sobre los resultados obtenidos. “Muchas de las personas encuestadas que sufrieron abuso sexual en su infancia estaban pidiendo a gritos terapia”, agregó.

La muestra respetó, explicó Bringiotti, el porcentaje de matriculados de cada una de las áreas definidas por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau): Ciencias de la Salud, Básicas, Aplicadas, Humanas y Sociales. También la proporción de estudiantes de universidades públicas y privadas. El 80 por ciento pertenece a la UBA. En una segunda etapa, ya en curso, la encuesta apuntará a relevar los casos de abuso sexual infantil en la población general de la Ciudad de Buenos Aires. Es el primer estudio de prevalencia del Abuso Sexual Infantil (ASI) en la Argentina con una muestra de esas características.

Del total de encuestados, el 9 por ciento respondió que había sufrido algún episodio de abuso sexual en su infancia o adolescencia: 11,9 por ciento de mujeres y 6,1 por ciento de varones. En cuanto a los abusadores, las respuestas fueron muy repartidas: madre (1%); padre (2%); abuelos (5%); hermanos (6%); primos (6%); padrastro/novio madre/hermana (7%); otros parientes (26%); conocidos (26%); profesores (4%, 1 caso mujer, los otros varones); extraños (32%).

Hay pocos relevamientos a nivel nacional en el mundo para conocer la prevalencia del ASI en la población general. Uno de ellos se hizo en España, en 1995, y encontró un 15 por ciento de habitantes que habían sido víctimas de ASI, en sus diversas modalidades, indicó Bringiotti. En poblaciones específicas, precisó la presidenta de Asapmi, se conoce un estudio sobre estudiantes universitarios del País Vasco, también de 1995, que detectó ASI en 14 por ciento de encuestados y otro entre universitarios de Cataluña en 2007, donde el porcentaje detectado fue algo superior, de casi el 18 por ciento.

Los tipos de ASI referidos por los estudiantes universitarios de la Ciudad de Buenos Aires van desde toqueteos hasta relaciones sexuales con penetración. En algunos casos se combinan varios. El 70 por ciento de quienes fueron abusados describieron manoseos; en el 28 por ciento, propuestas. En estos dos casos, la mayor proporción correspondió a mujeres. Señalaron haber sido sometidos a sexo oral el 11 por ciento –en porcentajes similares de ambos sexos–; el coito fue apuntado por el 7 por ciento: el doble de mujeres que de varones. Un 9 por ciento indicó “otras formas” de ASI.

Más de la mitad, padeció la situación de ASI entre una y cuatro veces. El 13 por ciento entre 5 y 10 veces, y un porcentaje levemente inferior, 11 por ciento, más de diez veces.

¿Dónde ocurrieron los abusos?

- 25 por ciento en la propia casa.

- 29 por ciento en casa de abuelos.

- 25 por ciento en la calle.

- 20 por ciento en otros lugares (club, natatorio, boliche, casa de profesores, casa abandonada).

Bringiotti destacó que la amplia mayoría (62% de quienes admitieron haber sufrido ASI) no pidió ayuda. Sólo el 22 por ciento pidió ayuda y recibió una atención adecuada, agregó la especialista.

Vergüenza, miedo y angustia fueron los sentimientos que recordaron que les provocó el ASI. Un tercio negó el hecho. “Casi un 10 por ciento nos pusieron como comentario en el cuestionario que habían podido definir que se habían tratado de situaciones de abuso sexual mucho tiempo después de haberlo sufrido. Recordaban que no les gustaba, por ejemplo, cuando el abuelo los bañaba y les metía las manos en los genitales. Algunos las descubrieron recién en terapia. Otros contaron que hablaron con algún hermano y encontraron que había otras situaciones de promiscuidad en la familia”, indicó Bringiotti. Enojo y odio fueron otros sentimientos mencionados con más frecuencia por los afectados. Y, en mucha menor medida, asco y culpa.

La encuesta preguntó qué impacto había tenido en sus vidas el ASI en una escala que fue de “nada” a “muchísimo”. Al 26 por ciento le impactó “mucho”; al 18 por ciento, “muchísimo”. Sólo el 9 por ciento respondió “nada”. Y el 17 por ciento, “poco”.

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