Sáb 30.11.2002

SOCIEDAD  › HUBO 138 MUERTES POR DESNUTRICION ESTE AÑO

El hambre golpeó a San Juan

La situación es especialmente grave con los ancianos. En todo 2001 murieron 82 personas desnutridas: este año, sólo hasta septiembre, ya fueron 138. Ahora esperan recibir ayuda.

Entre el calor sanjuanino de enero, y las brisas primaverales del último septiembre cada dos días se murió una persona por desnutrición en la provincia que gobierna Alfredo Avelín. Fueron 138, una cifra que podría, según los médicos de los hospitales públicos estar muy por debajo de la realidad aplastante que viven los sanjuaninos más pobres. “En nuestro caso lo cierto es que cada cinco chicos que ingresan dos están desnutridos”, le contó a Página/12 Laura Blanco, una de las médicas residentes que intentan, corriendo entre una cama y otra, darle batalla al hambre voraz de los niños sanjuaninos. Aunque las cifras oficiales reveladas por el Ejecutivo indican que la mayoría de los muertos por desnutrición han sido ancianos: 105 de los fallecidos son mayores de 60 años. Los funcionarios de salud de la administración provincial recorrieron los hospitales, visitaron a los enfermos, y prometieron que pedirían ayuda. En el servicio de pediatría en el que trabaja, anoche no tenían con qué bajarle la fiebre a los niños por vía oral.
“Acá hemos visto a los pacientes que recepcionamos de PAMI llegar en un estado bastante deficiente, no sólo en la alimentación, sino también en su estado general de salud por no estar contenida su patología”, contó ayer el director del Hospital Rawson, Jorge Mira Blanc. El Departamento de Bioestadísticas reveló ayer que los datos oficiales sobre desnutrición no pudieron ser informados con anterioridad a raíz de las complicaciones que provocaron los paros reiterados en todas las oficinas del estado sanjuanino. La excusa no alcanza a disminuir el impacto que provocaron los números del hambre: entre los mayores de 60 años en los dos últimos años la muerte por desnutrición creció un 128 por ciento. Según los partes de defunción de los hospitales públicos de 57 fallecidos por el flagelo en el 2000 se pasó a 82 en el 2001 y a 134 hasta septiembre del 2002. Antes de que el gobierno analizara los partes de muertes no había registros sobre el tema en toda la provincia.
Las cifras de ayer vinieron a darle divulgación nacional a un problema que para los sanjuaninos es conocido hace varios meses, desde que la desnutrición se mostró aterradora en Tucumán. Para Laura Blanco junio fue el mes más triste que pasó en este año tan duro. Ella ya conocía de cerca la pobreza extrema en una provincia en la que el 32 por ciento de la población es indigente: hizo prácticas en los dispensarios que funcionan en el Gran San Juan. Pero su residencia en el hospital Marcial Quiroga, donde se atienden los más excluidos de la capital provincial, la ha llevado a convivir durante los últimos seis meses con la ausencia patética del Estado: “La solidaridad de la gente hace que los chicos se salven, pero vivimos pidiéndole desde pañales, hasta vitaminas, leches, termómetros, antibióticos. La carencia es total”, contó.
Ayer el servicio de pediatría del Quiroga, donde trabaja la médica, recibió visitas oficiales desde la mañana: allí estuvo el ministro de Salud, Salvador Lo Cascio. Lo Cascio es el mismo personaje que al hablar sobre la Ley de Salud Reproductiva en la provincia opinó que “entregar preservativos es salir a dar hepatalgina para comer huevos fritos”. Al intentar dar explicaciones en una conferencia de prensa puso el eje en que el problema es consecuencia de las viejas administraciones, y no de la de Avelín, que llegó al poder con la Alianza UCR-Frepaso. Lo Cascio después del Quiroga siguió con una gira, y partió a los pequeños pueblos del interior donde el hambre mata sin que las estadísticas lo noten. Anoche dormía en una casa en Mogna, un paraje a 114 kilómetros de San Juan donde este fin de semana se hacía una fiesta religiosa en la que miles de fieles rogarán por comida. Pero lo cierto es que ayer por lo menos en los hospitales de la Capital continuaba la carencia: todavía no llegan los 200 mil euros que el gobierno italiano decidió donar a la provincia para paliar el drama. El lunes, dijeron voceros de Avelín, comenzará una campaña para repartir unos 25 mil kilos de leche en polvo en los distintos barrios del conurbano. Es una salida que poco convence a Laura Blanco. Su angustia no es sólo por el desfile incesante de chicos desnutridos. Es que los niños que logran fortalecer, regresan al hospital transcurrido un mes, “porque vuelven a enfrentarse al hambre”. “La mayor impotencia es que los recuperamos, pero otros seis hermanos siguen igual que él. Es un círculo que no se para. Muchas veces pensamos que la base sería que el padre tuviera un trabajo, y sea remunerado suficientemente, aunque no sea lo que corresponde”, reflexiona la doctora del hospital donde las aspirinas no existen.

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