La Arquidiócesis católica de Boston, acosada por las demandas de unas 450 víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, estudia la posibilidad de declararse en quiebra, según anunciaron ayer fuentes eclesiásticas y judiciales. Según informó el diario The Boston Globe, los principales asesores del cardenal Bertrand Law coinciden en que es mejor que la arquidiócesis pida la protección de un tribunal federal de bancarrotas en lugar de dar las largas y costosas batallas en los tribunales de Massachusetts que podrían durar años. Hasta ahora, sin embargo, Law no ha dado su aprobación.
El recurso del Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas, que protege a la entidad ante las demandas de acreedores y querellantes, sería un paso sin precedentes y “lleno de riesgos para la Iglesia Católica en Estados Unidos”. Expertos legales señalaron que, sin embargo, tendría ventajas para la Iglesia ya que forzaría a las 450 personas que se dicen víctimas de abusos sacerdotales a presentarse como un solo grupo de reclamantes ante el tribunal federal, y fijaría un plazo para la presentación de nuevas querellas. Durante los últimos dos años la Iglesia Católica en Estados Unidos se ha visto conmovida por centenares de denuncias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en algunos casos hace décadas.