Una fábrica clandestina de chalecos antibala fue descubierta ayer en Mar del Plata durante un procedimiento en el que se secuestraron 2 toneladas de “kevlar”, el material utilizado para la confección de estas prendas de seguridad. El operativo se realizó en un depósito de la Avenida Luro 6550 que se hacía llamar Targea Security Services y cuyo propietario quedó demorado a la espera de determinar qué rol cumplía allí.

La investigación se había iniciado cuando un grupo de efectivos de la División Departamental de Investigación de Mar del Plata supieron, por un informante, que en ese lugar funcionaba una fábrica de chalecos que no estaba habilitada por el municipio de General Pueyrredón ni por el Registro Nacional de Armas (Renar). Al consultar con las autoridades pertinentes, confirmaron el dato y dieron parte a la Justicia. Durante el operativo, se realizó un disparo contra una de las prendas y ésta no brindaba ninguna protección.

Un vocero de la policía local aseguró que lo que se pudo establecer por el momento es que allí “armaban los chalecos antibalas con retazos que les enviaban por dos centavos desde Brasil y los pegaban con resinas”. Y agregó: “Los chalecos verdaderos tienen 26 planchas enteras de kevlar y otros materiales antibélicos”. Según los investigadores, estos chalecos falsos eran enviados a una fábrica de la localidad bonaerense de Munro llamada ABTC, que está habilitada por el Renar para vender esa prenda.

Tras el procedimiento en Mar del Plata, el fiscal de flagrancia de esa ciudad, Paulo Cubas, abrió una causa por “averiguación de ilícito” y no resolvió la situación del propietario del depósito hasta avanzar un poco más en la pesquisa. Un vocero policial, aclaró que la firma ABTC “si bien está autorizada para funcionar, tiene abierto un sumario por la presunta venta de productos no autorizados”, el cual se encuentra en trámite. Y concluyó: “Si estaban vendiendo esos chalecos que les mandaban desde Mar del Plata no estaban homologados por el Renar”.