La Unión Europea difundió ayer una “Carta de la mujer”, con la que pretende combatir las desigualdades de género en el hogar y el trabajo, tanto en Europa como en el resto del mundo. El documento, presentado al principio del mandato de cinco años del Ejecutivo comunitario, promueve la independencia económica de la mujer, su igualdad salarial con los hombres y la presencia de mujeres en altos cargos, al tiempo que condena la violencia de género. La carta constituye “un compromiso para promover la igualdad de género dentro y más allá de Europa”, dijo el presidente de la Unión Europea, José Manuel Durao Barroso, al presentar el documento, acompañado por la vicepresidenta del órgano, Viviane Reding.

“Aquí tienen a una mujer y a un hombre presentando juntos, como presidente y vicepresidenta, una nueva carta de la mujer”, dijo Reding, que dirige la política de igualdad y derechos humanos en la UE. La iniciativa se dio a conocer el último día laboral antes de la celebración del día internacional de la mujer, que se hará en todo el mundo el próximo lunes. Sobre la base de la carta, los ministros de Empleo y Asuntos Sociales de la Unión Europea definirán las principales líneas de acción e instrumentos de la estrategia europea contra la violencia de género.

Los países miembros de la UE respaldarán medidas concretas como la puesta en marcha de un número de teléfono único y gratuito en toda la región para información y asistencia a las mujeres maltratadas, o la creación de nuevos instrumentos legales contra este problema, en el Consejo de Empleo y Asuntos Sociales que se reunirá en Bruselas.

El texto de conclusiones, que ya ha sido acordado por los países, incluye la creación de un observatorio europeo sobre la violencia de género “basándose en las estructuras institucionales existentes”. De este modo se tratará de aumentar la colaboración entre el Instituto Europeo para la Igualdad de Género, un órgano comunitario con sede en Vilna, y el Comité Asesor para la Igualdad de Oportunidades, que integran representantes de los estados miembros, interlocutores sociales y ONG.

La presidencia española no logró que se incluyera una mención para la creación de un observatorio “único y con recursos específicos”, con vistas a que desarrollara su función de forma más eficiente. Los países miembros tratarán de llegar a un acuerdo sobre la propuesta para aumentar la protección de los trabajadores sanitarios contra heridas e infecciones provocados por agujas y otros instrumentos cortantes.