Hoy es el día para no quedarse ciego: más de 70 hospitales y centros de salud ofrecerán un análisis que, en dos minutos, permite detectar el riesgo de glaucoma: esta enfermedad es otra de las que no producen síntomas hasta que, ya avanzada, se presenta como una importante disminución en la capacidad visual que, sin tratamiento, puede llevar a la ceguera. Según una estadística del Consejo Argentino de Oftalmología, menos de la mitad de la población tiene idea de la existencia de esta enfermedad, que en la mayoría de los casos puede prevenirse y suele aparecer después de los 40 años. Hoy es el Día Mundial del Glaucoma.

“El año pasado, en una campaña de prevención similar a la de este año, sobre 4400 personas testeadas, entre el 20 y el 25 por ciento tuvo que ser derivada para ampliar los estudios, por sospechas de glaucoma”, contó Alejo Peyret, coordinador de la Campaña de Glaucoma del Consejo Argentino de Oftalmología. “Las consultas se efectúan en diferentes lugares, como el hall central de un hospital, a donde la gente va a pedir turno por otros motivos”, aclaró. Además, “en la última campaña, más del 50 por ciento de los que consultaron no tenían ninguna información sobre el glaucoma, no sabían qué es”.

El glaucoma “es una enfermedad que lleva a la atrofia del nervio óptico, que vincula el ojo con el cerebro –precisó Peyret–. En la mayoría de los casos es consecuencia de un aumento de la presión intraocular. En el interior del ojo hay un líquido que constantemente se produce y se reabsorbe: cuando la reabsorción está alterada, aumenta la presión de este líquido, lo cual a su vez afecta la circulación sanguínea hacia el nervio óptico; sus fibras, como les llegan menos nutrientes, van muriendo hasta que el nervio se atrofia”.

El especialista advirtió que “la ceguera producida por el glaucoma es irreversible; diferente es el caso de las cataratas, que se curan con cirugía y el paciente vuelve a ver perfectamente. Por eso, todo lo que hacemos en glaucoma es preventivo, para que el nervio óptico no siga dañándose”.

Lo mejor que se puede hacer es detectar precozmente el aumento de presión intraocular y tratarla con medicamentos o, en algunos casos, con láser o cirugía convencional. El riesgo de presión intraocular elevada es mayor después de los 45 años o en personas que tienen familiares con glaucoma, y también aumenta ligeramente en las personas con miopía.

“La edad de 45 o 50 años también es esa en la que se presenta la presbicia, que obliga a usar anteojos para ver de cerca: esto hace que la persona deba hacer una consulta oftalmológica, que se aprovecha también para medirle la presión ocular. Pero algunos saltean esa consulta al recurrir directamente a anteojos de los que se venden en negocios sin receta médica”, señaló Peyret.

Se estima que entre el 2 y el 4 por ciento de la población padece glaucoma. Es una de las principales causas de ceguera prevenible en el mundo; afecta a unos 70 millones de personas, que en su mayoría permanecen sin diagnóstico.

El test que se ofrecerá hoy, gratuito, consiste en medir la presión intraocular y examinar la retina para determinar el estado del nervio óptico. Utiliza aparatos sencillos y dura entre un minuto y medio y dos minutos. En la ciudad de Buenos Aires, lo ofrecen el Hospital de Clínicas, el Fernández, el Rivadavia, el Pirovano, el Italiano, el Alvarez, el Penna. En Avellaneda, el Fiorito y el Perón. En San Isidro, el Hospital Central. En La Plata, el H.I.G.A. General San Martín. En Córdoba, el GEA. En Mendoza, el Lagomaggiore. En Rosario, el Carrasco. En Tucumán, el Padilla.