SOCIEDAD
› UN APARENTE AJUSTE DE CUENTAS
Las Catonas al rojo
Las Catonas, el barrio de Moreno en el que los vecinos decidieron expulsar a una banda de ladrones y desarmadores de autos supuestamente protegidos por la policía quemándoles el domicilio, tuvo el domingo a la noche su ajuste de cuentas. Y el particular ajusticiamiento se desarrolló como un secuestro pero al revés. No hay testigos del momento del rapto, pero la policía cree que dos hombres armados, los mismos que terminaron ejecutándolo, cruzaron con una escopeta y un machete a la víctima para llevarlo a su mismísima casa y allí, frente a su hermana de 27 años y su hijo de diez, darle un itakazo en la nuca y dejarlo tirado.
El crimen ocurrió a las 21 del domingo 15, en la puerta de la casa ubicada en la calle España al 4900, de Las Catonas, y la víctima fue identificada como Ricardo Alfredo Ayala, de 30 años, informaron fuentes policiales a Página/12. Los dos hombres, que en principio según la policía eran desconocidos para la hermana de Ayala, testigo exclusiva y clave del caso, aún están prófugos. En la causa caratulada homicidio, lesiones y abuso de arma se investiga a dos hombres que serían de la zona. Según los vecinos le dijeron a la policía de la seccional de Las Catonas pudieron verlos llegar con Ayala a la rastra y los conocerían como Víctor y Jorge. Uno de los testimonios asegura que intervino una tercera persona conocido como Alberto.
Las lesiones de las que habla la carátula son las que luego del crimen le provocaron a Pánfilo Ayala, hermano de la víctima. El hombre habría salido a perseguir a los asesinos y en el puente Arroyo le preguntó a un joven: “¿Quién mató a mi hermano?”. La respuesta fue un balazo de revólver con el que lo hirieron en la pierna. En cuanto a Ricardo, el médico de la policía describió un orificio de arma de fuego en la espalda, entre la primera y segunda vértebras, que salió por la cara debido a que para fusilarlo lo obligaron a agachar la cabeza.