La tarjeta de invitación al casamiento de Silvia y Juan, antes de que la ira se cruzara en el medio.
Imagen: Télam.

Los quince mil habitantes de Las Heras –y el resto del país– están pendientes de una novela que no es rosa, ni ficticia, ni pasa por los dramas banales de un guión, ni sufre cortes publicitarios, y que se desata a partir de efectos crudos sobre la vida real. Efectos que se viven como una telenovela, incluso los mismos protagonistas. Ayer, Silvia Luna declaró ante el fiscal 2 de Mercedes, Guillermo Massaroni, y quedó detenida. Fuentes judiciales filtraron a la prensa que la mujer había insistido en la versión de la violencia que le desató el saberse expuesta por la víctima, su amiga Carola Bruzzoni, en una situación carnal difícil de explicar a su futuro marido en lo inmediato. Planeaban su boda para mañana. Cristian Pérez, abogado de la familia de Bruzzoni, sostuvo que la versión de la acusada es una estrategia para introducir la idea de la emoción violenta, sensiblemente menos castigada que un ataque intencional y premeditado. “El video lo conocía toda la comunidad desde hacía tiempo”, dijo para sostener su argumento. Pero el mismo marido de la víctima y el frustrado futuro marido de la agresora dijeron que jamás habían visto las imágenes hot de las que todo el país comenta entre libidos. La víctima sigue internada en coma y con escasas posibilidades. La agresora, tras su declaración, quedó detenida en la Comisaría de la Mujer.

“Me enteré de que me quería arruinar el matrimonio con el video, le fui a pedir explicaciones y terminó todo mal. Nos peleamos y agarré la maza para defenderme y sacármela de encima. No la quise lastimar de esta manera”, sostuvo Silvia Luna ante el fiscal Massaroni, según filtraron a los medios fuentes judiciales. Las fuentes no explicaron si se supone que la escena se desató en el baño, si efectivamente había tomado una maza de la cocina y si el instrumento de cocina se encontraba en el baño para ser tomado por reflejo. Pero tampoco señalaron si tenía sentido premeditar un ataque de un modo tan burdo.

Antes de tomarle declaración, el mismo fiscal había señalado a la prensa que en relación al video no había analizado aún si era o no el detonante de la agresión: “Sobre esa cuestión privada hay alguna conjetura de que puede haber sido el disparador de todo esto, pero por el momento no lo evalué”.

La versión de Luna, la que corre por los medios y no necesariamente la que realmente surgió ante el fiscal, ni que necesariamente responde a la realidad, sostiene en el video el eje de su ataque. Que “se le fue de las manos la discusión” y que “Carola tenía planeado separarme mostrando unos videos que iban a arruinar mi casamiento”.

Según el abogado de la familia de Bruzzoni, Cristian Pérez Solís, la acusada “está auspiciando esta famosa situación del video para emprender una estrategia defensista. Dice que este video fue el elemento disparador para argumentar que ella, en la obnubilación de la conciencia, actuó en un estado de emoción violenta”. Las penas son sensiblemente menores.

“Toda la comunidad conocía la grabación que estaba esparcida por todos lados desde hacía tiempo. Por eso, de ningún modo, puede ser un elemento disparador.” La hipótesis del abogado es que Luna pretendía matar a Bruzzoni desde antes.

De todos modos, si estuvo en conocimiento de toda la comunidad durante 5 o 6 meses, ni Juan, el frustrado futuro marido, ni Sergio, el marido de la víctima, reconocieron haberlo visto. Al contrario, aseguraron que no lo conocían. “Yo me enteré por la difusión en los medios”, sostuvo Juan, es decir, pese a estar en la comunidad, dijo no haber estado al tanto.

“No estoy en el video. Yo nunca tuve relaciones sexuales con ella y ese video no lo vi jamás –aseguró Sergio, desmintiendo versiones periodísticas que lo involucraban en las imágenes–. Conociéndola a Carola como pocos, de tener ella ese video en mano, se la hubiese agarrado conmigo”, sostuvo el marido de la víctima.

Ayer, para cerrar el capítulo, circulaba la imagen de la tarjeta de invitación que habían diseñado los novios para el enlace y la ceremonia religiosa, que se realizaría el “sábado 24 de abril de 2010, a las 20.30 horas”, según citaba el texto. Y cerraba una imagen de los dos novios, sus nombres de pila y dos anillos cruzados de fondo.