SOCIEDAD › ESTUDIAN CON TOMOGRAFíAS 3D EN UN HOSPITAL PúBLICO LOS SARCóFAGOS DEL MUSEO DE LA PLATA
Las reliquias del Museo de Ciencias Naturales fueron escaneadas con el tomógrafo del hospital de Malvinas Argentinas. Se descubrió que una de ellas murió de cáncer y que otra no era un recién nacido, sino la urna funeraria de un soldado.
Por primera vez en Sudamérica, se realizó una tomografía volumétrica y tridimensional a tres momias egipcias de tres mil años de antigüedad, en el hospital Luis Abete, del partido bonaerense de Malvinas Argentinas. Este estudio, que permite obtener imágenes no sólo del interior del sarcófago, sino también visualizar el interior de los cuerpos, promete aportar nuevos datos en la investigación científico-histórica sobre el antiguo Egipto. Si bien la investigación se encuentra en sus inicios, a través de las 2500 imágenes en 3D que se pudo obtener de cada cuerpo momificado, el equipo médico, junto al grupo de egiptólogos y antropólogos, llegó a algunas primeras conclusiones: una de ellas es que una de las momias, que corresponde al cuerpo de una mujer, “habría fallecido luego de sufrir un mieloma múltiple, una forma de cáncer de la médula ósea”. Esta es una enfermedad frecuente en la actualidad, por lo que a través de este estudio se pudo observar que afecta a la población hace por los menos tres milenios.
Las tres momias egipcias, que provienen del período tardío, son exhibidas dentro de sus sarcófagos desde 1888 en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y habían sido traídas desde el país de las pirámides por el entonces gobernador y fundador de la ciudad platense, Dardo Rocha. Una de ellas es llamada, tal como lo indica su inscripción, Tadimentet, que significa mujer. La segunda momia, Horwetjaw (hombre), y la tercera, que se pensaba que correspondía al cuerpo de un recién nacido, se determinó a través de estas nuevas imágenes tridimensionales que era un “paquete funerario” con restos de un soldado muerto en batalla.
“Estas reliquias invalorables” fueron trasladadas el domingo último al hospital Abete, de Malvinas Argentinas, donde a través de una técnica no invasiva llamada multicorte o “multislide” se obtuvieron unas 2500 imágenes en 3D, informó a Página/12 el jefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Abete, Fernando Abramzon. Este tipo de estudio –-realizado por primera vez en Sudamérica– se llama no invasivo porque “no se tocó para nada los cuerpos momificados. Vinieron cuidadosamente envueltos, se los colocó arriba del tomógrafo, se los escaneó y volvieron al museo”, explicó el médico. Por medio de las imágenes se pudo conocer “lo que hay dentro de los sarcófagos, dentro de las ropas y vendas de las momias. Qué tienen los cuerpos en su interior, en qué posición se encuentran, si tenían enfermedades, cortes o qué utensilios usaban, entre otros detalles”, contó Abramzon.
Este proyecto es el primero de un convenio de cooperación científica entre el municipio de Malvinas Argentinas y la Universidad Nacional de La Plata y el Museo. Con este estudio, “no sólo se intenta conocer las paleopatologías de estas tres piezas y datos sobre el mundo egipcio, sino que le sirve como prueba al propio equipo, el tomógrafo. Es decir que demuestra cómo esta máquina puede precisar datos en cuerpos antiguos y ser utilizado en pruebas para la medicina actual”, explicó la directora del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, Silvia Ametrano.
Entre las primeras conclusiones que se desprendieron de las fotografías en 3D se pudo visualizar que la momia de mujer, además de que murió de una forma de cáncer de la médula ósea, pertenecía, por su ropa, a la nobleza. En cuanto a Horwetjaw, “habíamos considerado la hipótesis de que recibió agresiones o golpizas severas, pero con esta nueva tecnología observamos que se trató realmente de una enfermedad que terminó con su vida”, precisó Héctor Pucciarelli, director de antropología del museo. Pucciarelli y Abramzon son la cabeza del proyecto, del que participan unas veinte personas entre antropólogos, egiptólogos y médicos del hospital Abete. Además, se contó con la contribución del decano del Cuerpo Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Luis Bossio.
“La organización para el traslado llevó casi un año”, indicó Ametrano, que detalló algunos recaudos que debieron ser tomados en cuenta: “Las piezas fueron valuadas en un millón de dólares y para el traslado se debió sacar un seguro. Además, se les realizó un estudio a los ataúdes para ver si podían ser movilizados sin sufrir daños, se embaló a las momias con materiales libres de ácido y con un acolchado especial, y se contrató una empresa especializada en trasporte de obras de arte”.
Informe: Rocío Ilama.
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