El gobierno porteño se sentó ayer a la mesa con el Sindicato de Camioneros para acordar el cese del paro de camiones de reparto de mercadería que se prolongó durante toda la jornada y dejó sin reposición las góndolas de la ciudad. La medida de fuerza mantenía un reclamo contra la nueva reglamentación de horarios de carga y descarga, para los camiones de más de ocho metros, que acotará el horario de ingreso al macrocentro de 20 a 8 y la circulación hasta las 11.30. En diálogo con Página/12, el vocero de Camioneros, Héctor López, indicó que “la reducción horaria significaría una pérdida de 400 puestos de trabajo”. En el encuentro con el gobierno porteño, que hasta el momento sólo había consultado a la entidad empresaria de transportes de carga, se concretó una tregua de siete días “para juntarnos las tres partes, debatir punto por punto y asegurar que la regulación no va a impactar en la oferta de trabajo”, aseguró a este diario el subsecretario de Tránsito, Guillermo Dietrich.

El gobierno porteño venía trabajando desde principios de año en la reglamentación que en los próximos días restringiría el horario de ingreso a la zonas más congestionadas de la ciudad. Según explicó Dietrich, la regulación está dirigida a los camiones de entre 8 y 12 metros de largo (especialmente los que reparten gaseosas y lácteos), que son “el diez por ciento de la flota”. Esos camiones podrían ingresar al microcentro y macrocentro de la ciudad desde las 20 y hasta las 8. La circulación estaría permitida hasta las 9.30 en la zona del microcentro, entre 9 de Julio y Paseo Colón, hasta las 10.30 en el área de Independencia y Entre Ríos-Callao, hasta el río, y hasta las 11.30 para los que circulen en los límites de San Juan y Jujuy-Pueyrredón.

Dietrich indicó que la medida busca “un impacto positivo en el tránsito, porque en el horario más conflictivo los vehículos no convivirían con los camiones”. Los que seguirán circulando serán los camiones de menor porte que tienen permitido cargar y descargar durante todo el día, respetando las zonas de “cajones azules” señaladas en las calles porteñas. “Los camiones de 8 a 12 metros están fuera de cualquier normativa y circulaban en infracción. Había un hueco legal que estamos resolviendo”, apuntó el subsecretario.

Desde las 7, el Sindicato de Camioneros bloqueó las puertas de las plantas de Coca-Cola, en Pompeya, y de Pepsi, en Barracas, y se cortó el ingreso de los camiones de distribución de alimentos y lácteos para manifestarse contra la medida. Antes de la reunión con el gobierno porteño, el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, había tildado de “insólita” la medida y aseguró que su aplicación llevaría a “que haya despidos y suspensiones” en el gremio porque la mayoría de los negocios están cerrados de 20 a 8”. Tras la reunión entre Moyano y Dietrich, el vocero del gremio aseguró que “el paro quedó suspendido y se tomarán siete días para buscar soluciones”.

Horas antes, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, desconoció las razones del paro, ya que las nuevas restricciones horarias para el reparto de mercaderías “habían sido consensuadas” con la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). Mientras, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, consideró la medida un “exabrupto” e insistió en su queja: “Qué cosas tenemos que aguantar, no sé cuánto tiempo más vamos a aguantar semejante maltrato”.

Según Dietrich, el paso por alto en la consulta al sindicato se debió a que “es un tema entre la cámara y los empleados del sector”, pero indicó que el gobierno se comprometió a participar de los encuentros y “analizar las soluciones si la medida perjudica a los trabajadores”.

Informe: Nahuel Lag.