Mié 28.07.2010

SOCIEDAD  › RELEVARá INFORMACIóN SOBRE FAMILIAS HOMOPAERENTALES, ABORíGENES, AFRODESCENDIENTES Y DISCAPACITADOS

Censo del bicentenario y la diversidad

El miércoles 27 de octubre saldrán a la calle 600 mil censistas. No todos serán maestros: habrá líderes comunitarios y ONG. Se indagará sobre conocimientos en informática de la población. Los primeros resultados estarán el 20 de diciembre.

› Por Emilio Ruchansky

Cuando faltan tres meses para la realización del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, las autoridades del Indec –el organismo responsable del relevamiento– adelantaron detalles de lo que definieron como “el más desafiante operativo que tiene el país”. Por primera vez se obtendrá información específica sobre niveles de conocimiento informático, familias homoparentales, afrodescendientes, pueblos originarios y discapacitados. Será el miércoles 27 de octubre, feriado por decreto presidencial, cuando salgan a la calle casi 600 mil censistas, quienes irán puerta a puerta por todas la localidades del país. Además del personal docente, participarán de la tarea líderes comunitarios e integrantes de ONG, para asegurar una mayor cobertura e inclusión. Los resultados provisorios se conocerán el próximo 20 de diciembre y los definitivos un año después.

“En el Censo de 2001 hubo grandes omisiones, no se tomó en cuenta a la gente que vivía en las villas, algo realmente perverso si se considera que sólo en la villa 1.11.14, en Capital Federal, viven cien mil personas”, dijo Ana María Edwin, titular del Indec, durante una conferencia de prensa en ese organismo. Para llevar a cabo el relevamiento en estas zonas, agregó, se están actualizando las cartografías de los asentamientos con ayuda de los vecinos. “Todo esto se hace a través de vinculaciones con las asociaciones locales como garantía y formando a los propios habitantes de la villa para que hagan el censo”, comentó Edwin.

El mismo sistema se usará en las 900 comunidades aborígenes que hay en el país y en las comunidades de afrodescendientes. “También se incluirán a los inmigrantes africanos que viven en hoteles, con lo que estamos siguiendo una recomendación de las Naciones Unidas”, dijo la titular del Indec.

En 2001, detalló la funcionaria, se le preguntaba a una sola persona del grupo familiar si tenía, por ejemplo, alguna discapacidad. Ahora se le preguntará a cada persona. Lo mismo se hará sobre su posible origen indígena o afroargentino, dos tópicos que serán motivo de otro censo en el futuro, al igual que el nivel de conocimiento informático. En ese aspecto, para tener una real dimensión de la brecha informática, se preguntará a los censados si utiliza programas de computadora.

Según se explicó, en 2001, cuando el jefe de familia tenía como cónyuge a una persona del mismo sexo, el sistema electrónico que procesa los datos computaba el hecho como “una inconsistencia”, un error. Este parámetro fue sacado del sistema y en adelante el dato figurará en el procesamiento final del censo, sin importar si estas personas están casadas o unidas civilmente.

“Otro cambio metodológico se da en las unidades de empadronamiento: vivienda, hogar y persona. Vamos a reflotar la noción de vivienda, como estructura permanente y unidad de análisis, y no sólo la de hogar, como se hizo en 2001, que se define como un conjunto de individuos que viven bajo el mismo techo y comparten los gastos de alimentación. Esto garantizará una mayor apertura de los datos”, destacó el secretario del Comité Operativo, Roberto Muiños. “Los hogares cambian de domicilio, las viviendas no”, completó Edwin. Se censarán las viviendas colectivas y si un censista se cruza a alguien que vive en la calle deberá incluirlo. Habrá un cuestionario básico, de 40 preguntas, y uno ampliado. Esa metodología, según explicaron, se aplica para abaratar costos sin perder calidad. “Si todos los cuestionarios fueran ampliados, tendríamos que contratar 50 por ciento más de censistas”, comentó Muiños. Detrás suyo, una pantalla mostraba dónde se aplicará el cuestionario ampliado: “Todas las viviendas situadas en localidades con menos de 50 mil habitantes y en el 10 por ciento de las casas en ciudades con más de 50 mil habitantes. Al 90 por ciento restante se les aplicará el cuestionario básico, excepto barrios cerrados-countries, villas y asentamientos con población indígena”, donde automáticamente se aplicará el ampliado.

El cuestionario básico permitirá describir y caracterizar viviendas y su entorno, conocer población ocupada, obtener medición indirecta de mortalidad infantil, población alfabeta y analfabeta, elaborar tasas de escolarización por edad, cuantificar población en edad escolar fuera del sistema y la proporción actual de hombres y mujeres por grupos de edad. El ampliado proveerá además información sobre empleo, rama de actividad, fecundidad, migración, cobertura de salud, seguridad social y situación conyugal.

Los censistas recibirán cuatro horas de formación si ejecutan el cuestionario básico y ocho si aplican el ampliado. Cobrarán 250 pesos en áreas urbanas y 300 en las rurales. Sólo en Neuquén no habrá maestros y maestras involucrados en el censo debido al extenso paro docente registrado a principios del ciclo lectivo, para que los alumnos no pierdan horas de clase en el proceso de formación de los censistas. En su lugar, serán agentes sanitarios y voluntarios los que saldrán a la calle.

El presupuesto total para el censo, según informó el director general de Administración y Operaciones, Gustavo Varela, será de 303 millones de pesos. “Vamos a tratar de que todas las personas involucradas cobren un mes después del censo, a lo sumo a mediados de diciembre. Que no ocurra lo que pasó en 2001, cuando la gente cobró tarde y mal”, agregó Varela.

El operativo en cada provincia, se aclaró, es responsabilidad de los gobiernos locales: el Indec es el encargado de la coordinación.

El director técnico de Indec, Alejandro Itzcovich, criticó el censo de 2001 porque hubo “zonas enteras” del país que no fueron recorridas y prometió que no volverá a ocurrir lo mismo. A su lado, Muiños recordó que en aquella ocasión el relevamiento se hizo un fin de semana, lo que hizo que muchas personas no estuvieran en su casa.

La titular del Indec cerró lo que definió como “una primera conversación general sobre el censo” tratando de disipar cualquier fantasma de ausentismo de los censistas o reticencia de los censados. “El censo, además de ser un mandato constitucional, genera un fuerte espíritu cívico, no va a hacer falta presionar con la carga pública a nadie para conseguir censistas”, comentó Edwin, quien destacó que varios de los profesionales presentes habían asesorado censos nacionales exitosos en otros países.

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