Al final, parece que no está tan mal ser un país barato. Así lo reflejan los primeros números de la temporada en Mendoza y la satisfacción de comerciantes, operadores turísticos y hoteleros que, aunque cambiaron el slogan para atraer clientes chilenos, no dejan de repetir el lema de su primera campaña posdevaluación en el país trasandino: “Dile gracias al dólar”. Es que desde principios de 2002, tras diez años en los que la Argentina fue casi territorio prohibido para gran parte de ellos, los chilenos cruzan la cordillera no con la furia del déme dos sino con el casi desesperado “déme todo”. Turismo aventura y deportes extremos por doquier, caminos del vino y descanso en las termas son los principales atractivos de otro de los destinos del país más visitados en esta temporada, donde ya se registra una ocupación de la capacidad de alojamiento casi total y la cantidad de visitantes ya duplicó a la del año pasado.
Aunque la invasión chilena llegará a pleno en febrero, Mendoza aloja en estos días a turistas procedentes de más de 35 países, en su mayoría europeos y de Estados Unidos. Según el último estudio realizado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia, además del gran incremento en la cantidad de visitantes, el promedio de gasto también fue en aumento y hoy alcanza los 161 pesos diarios por persona, entre un 30 y un 40 por ciento más que en 2002.
A pesar de que son los europeos y estadounidenses los que se quedan por más tiempo y optan por alojamientos más caros, a la hora de salir de shopping y gastar, los chilenos son los clientes preferidos de los comerciantes y el blanco principal de las campañas de promoción de la provincia. “A diferencia del resto del turismo extranjero, los chilenos vienen por pocos días a gastar plata. Vienen a hacer compras, especialmente de productos textiles y cueros, e incluso son capaces de venir a la peluquería y volver a Santiago”, explicó Federico Migliavacca, gerente de Marketing del Mendoza Plaza Shopping.
Es que, con el fin de la convertibilidad, los 400 kilómetros que separan a la capital provincial de Santiago de Chile se convirtieron en un paseo de compras. “A los chilenos, especialmente a las mujeres, siempre les gustó la moda argentina pero la tuvieron casi prohibida durante años a raíz del 1 a 1. Entonces, ahora llegan con fiebre consumista. La anécdota que da vueltas no es ya el déme dos o tres, sino el ‘¿cuántas tiene de esta camisa? Me las llevo todas’”, recordó Migliavacca. Así, los chilenos compran cueros y textiles al por mayor, algunos por consumismo puro y otros para luego hacer negocio con la reventa en su país.
Otro de los destinos principales de la provincia en verano es el de los caminos del vino, que atrae a turistas de todo el mundo. Algunos contingentes, principalmente de europeos, estadounidenses y canadienses, llegan a Argentina sólo para visitar el circuito de bodegas mendocinas. Aunque ahora, en plena temporada de vendimia, los chilenos empezaron a extender el habitual tour de compras de fin de semana y se sumaron a la ruta vitivinícola y el turismo de descanso en chacras y fincas de las afueras de la ciudad. “La temporada viene realmente muy bien en los destinos clásicos de verano, pero también en otros que no solían ser tan visitados como es el sur de la provincia. Por cómo comenzó este enero, creemos que Mendoza va a explotar en la Vendimia, vamos a desbordar”, estimó la subsecretaria de Turismo provincial, Inés Rodríguez.
Ya en los primeros días de enero, la capacidad de alojamiento de diferentes puntos de la provincia fue superada a pesar de que en los últimos dos años se habilitaron dos mil nuevas plazas entre hoteles de 4 y 5 estrellas y apart hoteles de diferentes categorías. El desborde ya registrado y el que se espera para febrero y marzo, antes y durante la Fiesta Nacional de la Vendimia especialmente, activaron también el sector de las empresas familiares y los negocios más chicos.
En este comienzo de temporada, los niveles más altos de ocupación se registraron en Valle Grande, San Rafael, Malargüe y en todo lo que es elcircuito de alta montaña, con el Aconcagua como vedette y con una variada gama de deportes extremos y turismo aventura, lo más buscado por los turistas que eligen Mendoza más allá del precio.
A pesar de la satisfacción de todo el mercado que se mueve alrededor del turismo, desde varios ámbitos coinciden en que el aluvión de visitantes podría haber sido superior, de no ser por “el fantasma del caos argentino”. “El rumor de que el 20 de diciembre iba a ser un día negro en el que la Argentina volvería a explotar tuvo como resultado que se cayera el 70 por ciento de las reservas que había para el fin de semana previo a Navidad”, sostuvo Migliavacca, del shopping más grande de la ciudad de Mendoza y uno de los impulsores de la campaña de promoción para que los chilenos crucen a la Argentina a hacer sus compras.
Aunque la temporada recién empieza, las expectativas son muy buenas para la economía mendocina, que ya gira alrededor del motor del turismo. Con lo que promete esta temporada, en los últimos meses se abrió un 20 por ciento de nuevos locales en toda la provincia y se amplió considerablemente el circuito nocturno: gastronomía, pubs, boliches y wine bars. “Es impresionante la cantidad de gente de mi edad que ha conseguido trabajo y los negocios que se abren o vuelven a funcionar gracias a este boom”, ilustró Florencia, de 22 años, empleada en la recepción del alojamiento mendocino de la cadena internacional Hostelling, donde desde hace más de una quincena la ocupación es del 100 por ciento.

Producción: Paula Bistagnino.