El “estudiantazo” continúa en colegios de diferentes puntos de la ciudad de Buenos Aires: el Mariano Acosta, el Manuel Belgrano, el Normal Nº 6 y Revolución de Mayo están tomados por sus estudiantes en reclamo de “mejoras edilicias y en defensa de la educación pública”, explicaron. Hoy se sumarían cuatro establecimientos más y se realizarían diversos cortes de calles como parte del plan de medidas resuelto por la Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios (CUES). En este contexto, el Ministerio de Educación porteño autorizó, a modo de excepción, “extender” la finalización del ciclo lectivo en el nivel medio, para garantizar los 180 días de clase en los colegios afectados por las tomas.

La decisión del Gobierno de la Ciudad llega una semana después del inicio de la serie de tomas en colegios porteños, que comenzó el jueves último con la ocupación del Manuel Belgrano, del barrio de Recoleta, y que se intensificaría con otras tomas en los próximos días. La resolución de la cartera educativa manifestó que “el derecho legítimo de expresarse no debe vulnerar, al mismo tiempo, el derecho universal a la educación”. Entonces, por la responsabilidad de “velar por el cumplimiento efectivo de ese derecho” se resolvió extender los días de clases para garantizar la cantidad que exige la ley. Además, se convocó ayer a los rectores de las cuatro escuelas en conflicto.

En el Mariano Acosta, del barrio de Balvanera, la toma comenzó el martes por los estudiantes del secundario, en reclamo por los problemas de infraestructura del centenario edificio: caída de mampostería, filtraciones y la demora de obras en dos escaleras de la sede, según relataron desde el centro de estudiantes de allí.

La rectora de ese colegio, Raquel Papalardo, tuvo una reunión ayer con funcionarios del ministerio educativo porteño, en la que le propusieron hacer la denuncia a la policía por la toma de los alumnos, pero ella se negó porque no quiere “judicializar” el conflicto.

“No hice la denuncia ni la voy a hacer”, afirmó Papalardo en diálogo con Página/12. La mujer contó que le dijeron que si pasaba algo con algún chico o al edificio ella “tenía la responsabilidad civil”. “No estoy de acuerdo con la toma, pero comparto con ellos muchas horas para cuidar los bienes de la escuela”, dijo.

La rectora precisó que las autoridades le dijeron que mientras siguiera la toma “no van a dialogar con los estudiantes”. Además aseguró que, como el año pasado, le pidieron, “esta vez en forma verbal, los nombres de los estudiantes que realizaban la toma”, pero tampoco se los dio.

Ante este hecho, el legislador Francisco “Tito” Nenna, del bloque Encuentro Popular para la Victoria, responsabilizó al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por “la confección de listas negras con los nombres de los estudiantes que toman escuelas y se movilizan en defensa de la educación pública”. El dirigente de la CTA sostuvo que “Macri es el huevo de la serpiente para el retorno a las épocas oscuras de la persecución política” y también aseguró que desde Bolívar 1 y el propio Ministerio de Educación “se azuza de modo vil a la comunidad para que se haga la denuncia policial y se implemente un desalojo forzoso”.

Desde la cartera que conduce Esteban Bullrich resaltaron que las tomas están “basadas en protestas políticas y parcialmente educativas” y que entre los reclamos planteados se incluyen “la remoción de la Policía Metropolitana y la disolución de la SIDE”.

Las próximas medidas contemplan asambleas y una movilización este viernes desde el Ministerio de Educación de la Nación a la sede porteña. A partir del lunes está prevista una toma generalizada de al menos diez escuelas. En este escenario, siete sindicatos docentes porteños resolvieron un paro de 24 horas el martes próximo en reclamo de una recomposición salarial y solución a las demandas de mejoras edilicias.

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.