A cuatro años del “Robo del Siglo”, Mario “El Uruguayo” Vitette Sellanes reconoció haber sido el misterioso “hombre del traje gris” que llevó las riendas de la operación durante el tiempo que duró el asalto al Banco Río de Acassuso. Al asumir su papel en el crimen, Vitette Sellanes pactó una condena unificada de 21 años y seis meses de cárcel, que contempla penas por otras dos condenas previas. La condena convirtió a Vitette Sellanes en el quinto ladrón condenado por este robo. Además, El Uruguayo pasó a ser calificado por la Justicia como “coautor” del robo “doblemente agravado”, una hazaña que él mismo había confesado indirectamente, durante la realización del juicio, en una canción de estribillo jocoso: “Sin armas ni rencores, / en un barrio de ricachones, / no es más que dinero, señores, / sólo se llora por amores”.

El Uruguayo reconoció su papel en el robo al banco durante un juicio abreviado, durante el cual el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6 de San Isidro negoció con el propio imputado, su defensa y los fiscales Marcelo Vaiani y Gastón Garbus. Por coautor le caben 14 años de prisión, que se unificaron con otras dos condenas previas; por ello pasará 21 años y seis meses tras las rejas. La pena que le cabe se origina en su papel de coautor de “robo doblemente calificado por ser cometido con arma apta para el disparo y en un sitio poblado y en banda, en concurso ideal con privación ilegal de la libertad calificada por violencia y amenazas”, en concurso con dos hechos de encubrimiento por los robos de los autos con que los ladrones llegaron a la entidad. Las otras condenas que se sumaron provienen de dos causas de la Ciudad de Buenos Aires: una, de siete meses de prisión por “estafa procesal”; la otra, de 13 años por “robo” en un departamento de Palermo en el que fue detenido in fraganti el 28 de marzo de 2009, cuando gozaba de una excarcelación por el “Robo del Siglo”, cometido en 2006.

“Estamos contentos de haber logrado una unificación en 21 años y seis meses de cárcel, cuando la expectativa era una pena mayor”, declaró el abogado Diego Storto, representante de Vitette Sellanes. Agregó que “aún hay que hacer los cómputos” para saber cuándo su cliente recuperará la libertad. Sin embargo, por tratarse de un reincidente, le resultará difícil acceder a la libertad condicional. El fiscal Garbus, por su parte, se declaró satisfecho tras el acuerdo, porque “por el robo al banco Vitette Sellanes fue condenado por los mismos delitos que los otros cuatro condenados en el juicio oral que se realizó este año. Esto demuestra que la fiscalía siempre tuvo la razón en esta causa, que Vitette Sellanes lideró el robo como el ‘hombre del traje gris’ y que fue absurdo que no estuviera sentado en el banquillo de los acusados durante el primer juicio”. La declaración hacía referencia al enfrentamiento que, durante la instrucción de la causa, mantuvieron los fiscales de San Isidro con el juez de Garantías, Rafael Sal Lari, por libertades otorgadas a los imputados, cambios de carátulas y pruebas nulificadas.

Desde el principio de la investigación, los pesquisas del “Robo del Siglo” atribuyeron a Vitette Sellanes ser el famoso “hombre del traje gris” que todos los rehenes habían señalado como líder de la banda que el 13 de enero de 2006 copó el Banco Río de Acassuso. Durante el juicio oral de principios de este año, el propio negociador del grupo Halcón que, durante la toma de rehenes, habló telefónicamente con Vitette Sellanes, reconoció que tenía la impresión de que ese ladrón le “tomaba el pelo” cuando le pedía que averiguara “cómo estaba caratulada la causa”. Varias de las víctimas, además, habían recordado en sus testimonios que “el hombre del traje gris” había organizado que, en plena toma de rehenes, todos cantaran el feliz cumpleaños a una abogada cuyo celular sonaba a cada rato, precisamente, porque sus amigos la llamaban para saludarla por la fecha.

La investigación se afirmó en el buen camino gracias a un error de Vitette Sellanes. En su afán por ganar tiempo para que sus cómplices saqueen las cajas de seguridad, el ladrón llamó desde el banco a un canal de noticias para salir al aire y dio a la producción un número de celular. Con ese teléfono, los investigadores rastrearon la flotilla que usó la banda el día del golpe; al cruzar llamados, identificaron a todos los contactos. Después de eso, fue cuestión de tiempo dar con los implicados en el robo que, sin disparar un tiro, logró un botín de 19 millones de dólares, tras saquear 143 cajas de seguridad y tomar 23 rehenes.