SOCIEDAD › EL AUTOR DE LA OBRA DE ARTE QUE MACRI ROMPIó DENUNCIA QUE NUNCA FUE PAGADA
Por hacer un chiste con un notero de tevé, el jefe de Gobierno rompió una obra en la pasada muestra de ArteBA. Ante las cámaras, prometió pagar el valor correspondiente. Cuatro meses después, el artista Seth Wulsin cuenta que nunca fue resarcido.
En junio, una chanza hecha por el jefe de Gobierno para las cámaras terminó con una obra de arte dañada y Mauricio Macri dando la mano al galerista responsable para transmitirle tranquilidad al decirle: “La vendiste”. El episodio ocurrió en la feria anual ArteBA, cuando Macri bromeaba con un movilero del programa CQC; la obra, del norteamericano Seth Wulsin, se encontraba en el área de galerías y artistas emergentes conocida como Barrio Joven. La promesa fue instantánea: la escucharon los presentes en ese lugar en el momento, la vieron los televidentes durante los días posteriores, porque el blooper se reprodujo en unos cuantos programas. Y sin embargo, a casi cuatro meses de aquel episodio, el artista Wulsin continúa reclamando por el destino incierto de su obra y asentando su deseo de que sea donada al Museo de Ciencias Naturales.
En una carta abierta, enviada desde Nueva York, Wulsin recordó el episodio y narró la indefinición que, desde entonces, rodea la obra. “¿Por qué cree Macri poder cubrir su comportamiento con una falsa promesa de compra?”, se pregunta el artista, antes de disparar también contra los organizadores del evento y los responsables del programa televisivo, por rehuir o ignorar sus requerimientos. “¿Por qué ArteBA ofrece contratar a un vidriero para que ‘arregle’ la escultura, buscando proteger a Macri del daño que él ‘propinó’ a una obra de arte y el daño mediático que potencialmente se infligió a sí mismo?”
El artista, habida cuenta de que la compra jamás se concretó, se opone férreamente a que la obra atraviese un proceso de reparación. “La acción de Macri y sus secuelas han sido inscriptas en la estructura geométrica de la obra y, por lo tanto, aceptar la oferta de ArteBA de arreglar la pieza superficialmente no sólo equivaldría a mentirme a mí mismo, sino a mentirle al público y permitir que la estructura de mi propio arte se convirtiera en una mentira.” Al romperla, Macri intervino involuntaria pero contundentemente en la escultura, explica Wulsin; eso resulta tan irreversible como la materialidad misma de la pieza. “La escultura en cuestión opera a la velocidad del tiempo, reflejando y dispersando toda la información que entra en su espacio interior, el cual se expande más allá de sus límites físicos. Cada imagen que atraviesa superficies reflectoras se multiplica y deja una huella intangible en la escultura, creando así una memoria propia.” Porque no podría repararse, porque en su estado actual es evidencia de una acción, el artista tomó dos decisiones: rebautizar la pieza como El Infinito También Duele y notificar que “permanecerá en su condición actual”. Además, explicó, es su “aspiración” que sea donada “a una institución pública de Buenos Aires, como el Museo de Ciencias Naturales”.
La obra de Wulsin que resultó dañada formaba parte de una serie de esculturas iniciada en 2007, como correlato de un proyecto que, en 2005, él y un grupo de artistas habían realizado en la cárcel de Caseros.
Mauricio Macri concurrió a la inauguración; entre otros medios, un equipo de CQC cubría el evento. Ambos coincidieron ante la obra de Wulsin. “Macri, después de meter su cabeza dentro de la escultura, agarró del cuello al reportero que lo acompañaba (llamándolo maricón) y empotró su cabeza dentro de la pieza. Culminó la secuencia con una palmada en el trasero y un empujón, embutiendo el cuerpo del reportero dentro de la escultura y rompiéndola.”
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