SOCIEDAD › IRREGULARIDADES EN LOS CAMIONES DE CARGA AGROPECUARIA; UNA RUTA PELIGROSA
Los expertos advierten que el transporte agropecuario, sobre todo los que llevan caña, suele trabajar fuera de regla. Además, la Ruta 11 es angosta y no tiene banquina pavimentada. Reclamos para convertir en autovías esas rutas en Santa Fe.
› Por Pedro Lipcovich
“Los choques como éste, con un ‘carro cañero’ que sale a la ruta, son frecuentes”, señaló un experto en seguridad vial, y los remitió a dos graves irregularidades. La primera: “No se cumple la ley por la cual todo transporte de carga agropecuaria debe ser hecho de día”. La segunda, para colmo: “Los laterales de estos vehículos carecen de iluminación”. La subsecretaria de Seguridad Vial santafesina agregó otro factor, que pudo no haber sido decisivo en el caso de ayer, pero sí en la siniestralidad en la Ruta 11: “La ruta es angosta y carece de banquinas pavimentadas. La concesión de peaje se limita a cortar el pasto y arreglar algunos baches”. No se han concretado los intentos de transformar en autovías rutas como ésta, por las que se traslada el 85 por ciento de la producción agropecuaria del país (o al menos pavimentarles las banquinas).
Hernán De Jorge, responsable del departamento de seguridad vial del Cesvi (Centro de Educación y Seguridad Vial), advirtió que “un relevamiento efectuado desde hace diez años nos permite afirmar que la modalidad del siniestro producido el domingo en Santa Fe es bastante frecuente en la Argentina. Estos choques se producen especialmente a partir de esta época del año y quizás hasta marzo, sobre todo en provincias cañeras como Tucumán y Jujuy, pero también en otras regiones. Se trata de carros cañeros, llevados por un tractor o por un camión generalmente viejo, de baja potencia. Los siniestros se generan en la salida de campo, o la entrada a campo desde la ruta, porque los laterales de estos carros quedan expuestos sin ningún elemento que llame la atención”.
“La ley indica, explícitamente, que todo transporte de carga agropecuaria debe ser hecho con luz diurna –destacó De Jorge–: quiere decir que, el domingo, el conductor del camión que llevaba la caña estaba en falta. El choque se produjo en una zona rural, a oscuras; el camión no tenía ningún elemento de iluminación o reflectivo en sus laterales; suponiendo que el conductor de la combi fuera a ciento diez kilómetros por hora, es factible que, para cuando lo vio, no haya tenido siquiera oportunidad de apretar el freno.”
Un documento del Cesvi, producido hace ya varios meses, observa que “los carros cañeros no cuentan con iluminación adecuada, ocasionando múltiples choques” y señala que, especialmente en Tucumán, “la desidia de los empresarios cañeros ha generado un deterioro continuo de los medios de transporte” y “se han perdido muchas vidas por conductores que no llegaron a percibir estos vehículos”.
El documento del Cesvi solicita “transformar las rutas principales en autopistas, aumentar los controles para que se cumplan las exigencias legales en materia de señalización, mejorar el nivel general de seguridad en las rutas y fomentar mayor conciencia e información en los conductores para que puedan prever este riesgo”, a fin de “ayudar a que los caminos rurales no se conviertan en campos minados”.
Hebe Marcogliese, subsecretaria de Seguridad Vial de la provincia de Santa Fe, sostuvo que “en el tramo que va desde Villa Ocampo hasta el límite norte de la provincia, incluso desde Guadalupe norte, en los últimos tres años hubo sólo dos accidentes con víctimas fatales que involucraron a camiones. Y no eran camiones de caña. El lugar donde se produjo el siniestro no era uno que nuestros mapas de riesgo indicaran priorizar en cuanto a controles, en términos de asignación de recursos”.
Marcogliese asumió su cargo en 2008, y “empezamos a tomar el control de las rutas: durante muchos años no se había hecho, y en la década de 1990 se había disuelto la policía caminera provincial. Firmamos un convenio con Gendarmería Nacional, y el primer lugar donde se instaló fue en la Ruta 11, lo cual bajó la siniestralidad en forma comprobable. Después, fuimos ampliando la acción de Gendarmería a otras rutas con siniestralidad importante, como la 33, la 34 y la 9”. En 2009, el descenso de fallecimientos por siniestros en las rutas de la provincia de Santa Fe fue de casi el 18 por ciento; en toda la provincia, incluyendo la siniestralidad urbana, la disminución de muertes fue del 14 por ciento.
Según Marcogliese, “las rutas de la provincia de Santa Fe necesitan desesperadamente una inversión que las transforme en autopistas y autovías. Por la provincia transita el 85 por ciento de la cosecha de granos del país, pero la Ruta 11 tiene 7,20 metros de ancho y banquinas de tierra. Hace 15 días insistimos en nuestro planteo a Vialidad Nacional para la inmediata concreción de un proyecto de autovía, en especial en el tramo norte (donde se produjo el siniestro), que debe involucrar también a las provincias de Chaco y Formosa. Los sistemas de peaje se han reducido a cortar el pasto y algún trabajo de bacheo. No se pavimentan las banquinas ni se renueva la señalización horizontal. En la Ruta 11, pavimentar las banquinas sería, por lo menos, una solución intermedia a la autovía”.
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