SOCIEDAD › SOSPECHAN QUE EL JOVEN QUE CONDUCíA EL CAMIóN EN SANTA FE NO TENíA LICENCIA
Dante Sosa tiene 18 años y trabajaba junto a su padre. Está sedado y ayer se negó a declarar. Aún no presentó su carnet de conducir. Para manejar un camión debería tener 21 años. Fueron inhumados los restos de las víctimas fatales.
El joven detenido por manejar el camión cargado de caña, que habría provocado el accidente en el que fallecieron 14 personas el domingo pasado al norte de Santa Fe, tiene 18 años y ayer se negó a declarar. Hasta ahora no presentó su carnet de conducir, confiaron a este diario fuentes de vialidad local y de policía. “Dante Sosa es de Santa Fe, pero en nuestros registros no figura que haya tramitado el carnet. Además acá, por ley, hay que tener 21 años para manejar un camión”, informaron desde la oficina de Seguridad Vial santafesina. Luego de dos extracciones fallidas, el juez Jorge Galbusera pidió nuevamente que se tomaran muestras de sangre del fallecido Haroldo Vázquez, el chofer que manejaba la combi, para determinar si manejaba bajo los efectos de alguna sustancia. Dos de los cinco chicos que sobrevivieron se encuentran aún con pronóstico reservado.
“El camión es del padre del chico. Ellos se dedican a cargar caña de azúcar cuando es temporada o soja o girasol. Pero trabajan independientes. Los había contratado una empresa de la zona, que tiene cosechadoras”, comentó anoche Abel Fantín, subjefe de la comisaría cuarta de Villa Ocampo, a cargo de las diligencias judiciales del caso ocurrido en esa localidad. ¿Es normal que se manejen camiones a esas horas aunque esté prohibido? “En época de cosecha sí. Por lo que sabemos, ellos (padre e hijo) trabajaban las 24 horas”, contestó el uniformado.
Ayer el titular de la Federación de Transportistas de Cargas, Vicente Bouvier, aclaró que su entidad no nuclea al transporte de caña de azúcar. “Se trata de una actividad muy circunscripta a esa zona y a determinados meses del año. Es conocido que en la época de zafra esos camiones circulan”, agregó el dirigente. Según las autoridades provinciales de Transporte, el camión –un Ford 7000 modelo 1979– tenía patentes impagas desde hace siete años, entre otras irregularidades.
Sosa es oriundo de la localidad santafesina de Las Toscas y permanece detenido desde el mismo día del choque en el hospital de esa ciudad. Primero por el shock nervioso que le produjo la tragedia, después, según el comisario Roberto Nicolier, jefe de la Unidad Regional 9, porque había manifestado “intenciones de quitarse la vida”, por lo que además de estar custodiado por la policía, recibe asistencia psicológica. “No tomó magnitud de lo ocurrido pero quedó afectado, encerrado en sí mismo”, agregó Nicolier.
Por su parte, el subcomisario Fantín aseguró que ayer los peritos declararon que ya se encontraba en condiciones de declarar, pero se negó y aclaró que de momento no habrá ningún traslado de Sosa a su comisaría. “Es lo mejor. Imagínese que si tiene intenciones de suicidarse, es más probable que lo consiga en una celda de acá que en el hospital. Ahí lo tienen sedado continuamente”, admitió Fantín. Los padres del joven se acercaron al hospital para verlo, aunque no pudieron porque está incomunicado y a la espera de que el juez decida su situación procesal.
La honra del otro conductor, Haroldo Vázquez, de 63 años, quien transportaba al grupo juvenil de danzas folklóricas Retoños de mi Pueblo, fue defendida por su hija. “Manejó toda la vida, era un docente jubilado y siempre fue muy prudente”, dijo ayer Liza, luego de que los peritos entregaran al juez un informe que indica que no había frenada de la combi a la altura del kilómetro 876 de la ruta 11, donde ocurrió el accidente. Es decir, que no vio al camión que cruzó la ruta por un paso de tierra.
“Una vez le tocó llevar a unos chicos a otro evento y se les había hecho tarde. Le pidieron que se apure y que acelere, pero él se negó y dijo que no iba a ir más rápido porque llevaba chicos”, contó la mujer. Por otra parte explicó que su padre no era empleado de la Municipalidad de Villa Guillermina, adonde se dirigía la combi, tras una gira del grupo de danza. “A él lo contrataban para realizar traslados en la camioneta si era necesario. Le pedían favores para ir a buscar a algún enfermo y llevarlo al hospital, por ejemplo”, dijo Liza, quien contó que conocía “del barrio” a todas las personas fallecidas en el accidente.
Dos veces intentaron extraer muestras de sangre del cuerpo deshecho de Vázquez y, según fuentes policiales, ninguna fue exitosa por “la enorme cantidad de sangre que perdió en el choque”. Sin embargo, el juez Correccional de Reconquista, Jorge Galbusera, ordenó realizar una nueva extracción para determinar si el hombre estaba lúcido al momento del choque.
Ayer fueron velados 8 de las 14 víctimas en la capilla Sagrado Corazón de Jesús, de Villa Guillermina, un pueblo de siete mil habitantes conmocionado por la tragedia. Allí también se rezó por los cinco chicos que sobrevivieron. Especialmente por los hermanos Duarte, de 6 y 12 años, cuyo estado de salud es crítico. Alejandro Manzur, jefe de terapia intensiva del hospital de Reconquista, contó que ambos reciben “asistencia mecánica” y leyó el diagnóstico: politrauma grave con traumatismo encéfalocraneano grave. “Desde el punto de vista clínico y hemodinámico, se encuentran estables, solamente que tienen el pronóstico reservado por la magnitud de la lesión cerebral”, advirtió el médico.
El momento más emotivo de las siete cuadras que separan la iglesia del cementerio ocurrió cuando el cortejo fúnebre pasó frente a la Escuela Primaria número 50, donde los alumnos formaron un cordón y aplaudieron al paso de los féretros de algunos de sus compañeros de clase.
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