SOCIEDAD › SE INAUGURO AYER EL ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES EN ENTRE RIOS
Más de 25.000 militantes llegaron de todos los puntos del país. El verde de la campaña por el aborto campeaba en gorros y pañuelos. Incidentes con las delegaciones católicas y la campaña de carteles de las iglesias.
› Por Sonia Tessa
Llegaron desde todo el país. Las que viajaron desde Jujuy tuvieron 19 horas de micro. Aún más las que se animaron desde Comodoro Rivadavia. Y poco después de las 11, cuando comenzó a sonar el Himno Nacional, las 25.000 mujeres que este año se concentraron en Paraná volvieron a ponerle sus cuerpos al Encuentro Nacional de Mujeres, que cumple este año un cuarto de siglo. Sombreros claros, gorros con motivos andinos, buzos enredados a modo de turbantes en la cabeza, cualquier prenda servía para protegerse del sol que a esa hora era abrasador. Pero el color predominante, mezclado con todos los atuendos y las tonadas fue, una vez más, el verde, de los pañuelos que reparte la campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, para transversalizar un reclamo que va más allá de las agrupaciones y pertenencias partidarias.
La mayoría llevaba su pañuelo verde en la cabeza, o bien como un collar alrededor del cuello, o como una cinta para atar el pelo. Todas pedían el suyo. La bienvenida fue en el parque Berduc, a pocos metros del río, en la capital de Entre Ríos. Con el pasto seco, algunos eucaliptus y paraísos sobre el fondo del enorme espacio, al lado de la hondonada que lo separa de un barrio de la ciudad, allí, en ese lugar, las mujeres comenzaron el ritual de cada año. “El Encuentro somos todas”, fue la consigna que eligió la comisión organizadora.
El discurso inaugural se encargó de recordar que ese parque, el Berduc, es emblemático porque representa la lucha del pueblo entrerriano por mantener los espacios públicos. “Además, en este parque asesinaron a Eloísa Paniagua, una de las tres víctimas de la represión estatal durante el Argentinazo de 2001”, leyó con la voz quebrada una de las integrantes de la Comisión Organizadora. En las gradas ubicadas en el extremo contrario del parque, una pancarta de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú recordaba el peligro que significa la pastera UPM. Los carteles que se concentran en ese espacio son tan variados como las mujeres que llegan. Organizaciones políticas, de desocupados, feministas llegan para aportar lo suyo en un espacio definido como “autónomo, horizontal y democrático”. Cuando terminó el acto, las mujeres se agolparon para buscar sus choripanes, o sandwich de asado, o las viandas, mientras otros grupos quedaron sentados en el pasto, tomando mate o cerveza, conversando. Algunas nubes daban un poco de tregua al flechazo seguro, que ya por la tarde podía verse en las caras de muchas participantes.
La ciudad había cambiado su fisonomía para recibir a las visitantes, ese peligro andante que significan 25 mil mujeres sin otra consigna que encontrarse. A la salida del túnel subfluvial Uranga-Silvestre Begnis, que separa a Paraná de Santa Fe, se leía un enorme cartel: “Pesa más en la conciencia que en tus brazos. Decile no al aborto”. La foto de una mujer tomándose la cara con pesar ilustra la consigna, que no lleva firma. Los afiches que inundan las calles céntricas, con la cara de un bebé, sí lleva firma: “Entre Ríos por la vida”. Las iglesias de la zona céntrica fueron valladas y tienen custodia de mujeres policías, a pedido del Arzobispado de Paraná. Hubo otro cartel, que ya no se ve, porque fue retirado por la Intendencia. Era la imagen de un bebé ensangrentado, con una tenaza en la cabeza, acompañado de consignas contra el aborto.
A las 15, en distintas escuelas de la ciudad, comenzaron los talleres. En la Sarmiento, donde estaban los de Anticoncepción y Aborto, las comisiones se multiplicaban a ritmo frenético, por la gran cantidad de asistentes. Las aulas se desbordaron rápidamente. A cada rato hizo falta abrir una comisión nueva, para garantizar un número que permitiera el debate. Las militantes orgánicas que la Iglesia envía cada año a sentar posición fueron –como siempre– fácilmente identificables. Atildadas, pulcras, piden la palabra para hablar de los supuestos argumentos científicos, de la vida desde la concepción. Sin embargo, ayer no hubo situaciones violentas en la mayoría de las comisiones de esa escuela. La incógnita es qué pasará en la elaboración de las conclusiones, que será hoy por la tarde. Hubo más confrontación en la escuela Belgrano, separada por unas diez cuadras de la otra, donde se desarrollaron talleres de Estrategias para el Acceso al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, así como los de Derechos Sexuales y Reproductivos. En una de esas comisiones, cinco mujeres que representaban las posiciones de la Iglesia fueron expulsadas, al grito de “Que se vayan, que se vayan” y la clásica consigna “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”.
La enorme cantidad de talleres (55 temas a debatir) da cuenta de la pluralidad del Encuentro, donde cada mujer vale por su propia voz, y el taller es soberano: allí se arriba a conclusiones por consensos, con la única premisa de escucharse entre todas. Este año, algunos grupos como Las Rojas y el Partido Obrero, llegaron con la consigna de propiciar votaciones al interior de los grupos, y privilegiar asambleas antes que talleres. Distintas voces –sobre todo de históricas encuentreras– en cada una de las aulas se levantaron para impedirlo. “Los debates horizontales forman parte de la vida misma del Encuentro, todos los años se suman mujeres por primera vez, y sus voces se escuchan a la par de aquellas que vienen desde hace 25 años”, apuntó Lucila Puyol, activista santafesina.
El ritmo de la ciudad se vio completamente alterado por la presencia de miles de mujeres que se sentaron en los bares, llenaron los hoteles y las escuelas (hay alrededor de 18 mil alojadas en espacios educativos), se sentaron a tomar mate en las plazas y salieron de los talleres con todo el entusiasmo: seguían debatiendo enfervorizadas, se reían de lo ocurrido, hacían planes para la noche.
Por la tarde, a las 18.30, empezó el festival organizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La convocatoria fue en la Plaza Alberdi, conocida por los paranaenses como la Plaza del Bombero. La conductora, Jorgelina Londero, anunció videos de la campaña, así como la actuación de la artista entrerriana Itatí Barrionuevo, el grupo Condenadas al Exito, la hondureña Karla Lara y el cierre de Actitud María Marta. El festival le dio un color, verde de nuevo, a la primera noche. Esa plaza, más que otras, concentró a mujeres de todo el país. “Vemos en este Encuentro mucha participación, una enorme cantidad de mujeres jóvenes, y de todas las edades, y la inmensa mayoría de las delegaciones hace un reclamo unánime por el aborto legal. Es un signo muy fuerte de este Encuentro”, indicó Estela Díaz, una de las más conspicuas integrantes de la campaña. Sobre la participación de mujeres convocadas por la Iglesia, la estimó mucho menor a otros años. “Ellos tuvieron una estrategia previa muy fallida, que se les vino en contra, con la imagen del bebé sangrante. La población advirtió que eso no es un debate, y frenó los niveles de agresión y violencia que se hicieron presentes en otros encuentros”, evaluó la activista, minutos antes del comienzo del festival. A su alrededor, todo era fiesta.
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