SOCIEDAD › LA CONVENCIóN DE DIVERSIDAD BIOLóGICA LANZó UN PLAN PARA “FRENAR LA DESAPARICIóN DE ESPECIES”
El acuerdo, suscripto por 193 países, propone extender la superficie de áreas protegidas. Argentina anunció la creación de tres nuevos espacios marítimos, dos en Santa Cruz y uno en Chubut. Críticas de Greenpeace.
› Por Rocío Ilama
La Convención de Diversidad Biológica (CBD) cerró ayer en Nagoya, Japón, y luego de 15 días de debate dio a conocer un nuevo “plan estratégico” de 20 puntos-metas para trabajar en los próximos diez años, con el objetivo de frenar la desaparición de especies. Uno de los aspectos que más contribuye a preservar la diversidad biológica corresponde a adoptar medidas sobre las áreas protegidas, que fue uno de los ejes del encuentro: el plan estratégico para la próxima década fija como objetivo “aumentar al 17 por ciento las áreas terrestres protegidas para cada región o ecosistema en todo el mundo, cuando en la actualidad la cifra global es del 12 por ciento de la superficie de la Tierra y, en Argentina, del 7,7 por ciento”, explicó a Página/12 Diego Moreno, director general de Fundación Vida Silvestre, organización que integró la representación argentina en la convención.
La situación es distinta respecto del área marítima protegida, que “no avanzó demasiado”, reconoció Moreno: la meta establecida para el 2020 apunta a que los países se comprometan a conservar el diez por ciento de los mares del mundo. “Pero ese porcentaje es el mismo que cerró la CBD hace ocho años y todavía no se alcanzó”, advirtió el coordinador de la campaña de océanos de Greenpeace para Latinoamérica, Milko Schvartzman, quien consideró que “en general los resultados de la convención no fueron positivos”.
De este encuentro participaron 193 países, con representantes de sus gobiernos y de ONG. El principal ausente es Estados Unidos, que no ha ratificado nunca la CBD. Las naciones partícipes se comprometieron a adoptar medidas tendientes a promover la protección de especies y ecosistemas. Si bien desde la convención se destacó el avance del plan acordado, entre los fundamentos para aprobarlo se señaló que “la meta de 2010 para la diversidad biológica no se ha logrado, al menos a nivel mundial”.
Para Moreno, el acuerdo fue “positivo” y se convirtió en “el primer paso” hacia la preservación de la biodiversidad, aunque también aclaró que desde Fundación Vida Silvestre aún se están analizando los resultados.
Schvartzman, por el contrario, consideró que “más allá de algunos aspectos positivos, la CBD fue un fracaso”. “Los gobiernos no alcanzaron las metas que se habían fijado hace ocho años y tampoco se determinaron metas más ambiciosas que generen un compromiso real de los países”, dijo. Ejemplo de ello es que “el porcentaje de área marítima protegida que se cerró ahora –diez por ciento– es el mismo que el fijado ocho años atrás y que todavía no se alcanzó”, explicó a este diario el directivo de Greenpeace. “Se fijó para 2012 un diez por ciento de área marítima protegida y hoy a nivel mundial estamos en un seis por ciento, que corresponde mayormente a aguas territoriales. En aguas internacionales la áreas protegidas están debajo del uno por ciento”, advirtió.
Los dos ambientalistas coincidieron en que lo solicitado como “ideal” por las organizaciones ambientalistas del mundo era llegar al 20 por ciento de áreas protegidas en todo el globo, tanto de tierras como océanos.
En representación del gobierno argentino, y como cabeza de la delegación, estuvo la directora de Asuntos Ambientales de Cancillería, Silvia María Merega. En ese escenario, la Argentina formuló un anuncio que contribuirá a la protección de su biodiversidad: la creación de tres nuevas áreas marítimas protegidas, dos de ellas en la provincia de Santa Cruz y una en Chubut. De esta manera, “con la incorporación de estas superficies, las áreas marinas protegidas en el país llegan a 1,18 por ciento, lo cual es un paso positivo”, reconoció Schvartzman.
El directivo de Greenpeace consideró que el balance general de la convención fue “negativo”, pero evaluó dos iniciativas como “positivas”. Una de ellas fue “mantener la prohibición de todos los proyectos de geoingeniería –agregando componentes químicos al ecosistema– que tienen la intención de disminuir los efectos del cambio climático, pero lo que hacen es cambiar negativamente ecosistemas completos”, comentó.
El otro aspecto es que se adoptó un protocolo para controlar y regular el acceso e intercambio de información genética de las especies entre los países. “Es un avance para disminuir la piratería genética. Es que, muchas veces, esa información es utilizada por empresas privadas con fines comerciales y no se comparten los beneficios y los datos obtenidos con los países donde existen esas especies”, resaltó Schvartzman.
Otras metas fijadas en la Convención de Diversidad Biológica son de gran importancia. Entre ellas –explicó Moreno–, los países se comprometieron a reducir la deforestación para 2020, y acordaron acciones para controlar la sobrepesca, que a nivel mundial es una situación bastante crítica, manifestó el representante de Vida Silvestre.
Algunos aspectos quedaron pendientes para ser cerrados en 2012, señaló Moreno, como por ejemplo la definición del financiamiento para cumplir con estos acuerdos. Así, “los países en desarrollo reclaman asistencia financiera a los desarrollados para poder cumplir con el convenio”, indicó. Este aspecto para nada menor quedó postergado para dentro de dos años.
Si bien este plan carece de carácter vinculante en el plano legal, “tiene un peso muy importante, ya que los Estados asumen un compromiso y nosotros como organizaciones ambientales exigiremos su cumplimiento”, afirmó Schvartzman.
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