Los cinco integrantes de una familia argentina, un matrimonio y sus tres hijos adolescentes, murieron en una ruta brasileña, a 50 kilómetros de las playas de Florianópolis, cuando el auto en el que viajaban, al parecer por el reventón de un neumático, se salió de su carril y se atravesó en el camino de un ómnibus que circulaba en sentido contrario. El accidente fue presenciado por unos vecinos de la familia, que ocupaban otro auto que iba adelante del ocupado por las víctimas y que observaron por el espejo retrovisor cómo sus amigos se desviaban de la ruta hasta estrellarse. “Era un día claro, muy lindo, no había ningún problema de visibilidad y lo que se supone es que se produjo un desperfecto, porque el auto cruzó en diagonal un cantero de unos 30 metros que separa las dos manos de la ruta y el ómnibus le pegó de frente a uno de los costados del vehículo en el que iba la familia”, explicó a Página/12 el cónsul argentino en Florianópolis, Valdo Amadeo Palmai, quien viajó al lugar de la tragedia.
El accidente, que recién se conoció ayer, ocurrió a las 10.45 del domingo en el kilómetro 160,1 de la autopista federal BR 101, en el estado brasileño de Santa Catarina. La ruta es la que une Florianópolis con Camboriú y el cónsul descartó la posibilidad de que el chofer del auto accidentado se haya quedado dormido. “Está probado que habían descansado la noche anterior y que hacía poco que habían salido a la ruta, aunque se supone que tanto el auto como el ómnibus iban a bastante velocidad”, explicó Palmai. Tras el choque, el auto sufrió un incendio, pero las llamas no fueron las que provocaron la muerte de sus cinco ocupantes. Ninguno de los cuerpos presentaba quemaduras. La familia había llegado el sábado, con la intención de veranear en Bombiñas.
El rodado, un Chrysler Neón patente BVJ 531, era conducido por Claudio Osvaldo Sontacchi, de 48 años. Lo acompañaban su esposa Marta Elena Zacharski, de la misma edad, y los tres hijos del matrimonio: Lucas, de 18, Flavia Estefanía, de 14, y Paula Belén, de 12. La principal hipótesis es que el accidente se produjo porque al coche se le reventó un neumático. El otro vehículo era un minibús que chocó de frente contra uno de los lados del Chrysler. Ocho pasajeros del ómnibus sufrieron lesiones.
“Las heridas de estas personas fueron leves; era un grupo de brasileños que hacía turismo interno y que había contratado al micro para una recorrida por las playas de la zona”, informó el cónsul. Al parecer, minutos antes del impacto, habían asistido a una fiesta de casamiento. El jefe del puesto de la Policía de Itapema, Ademir Santos, precisó que “el impacto fue tan fuerte que los dos vehículos quedaron fuera de la ruta”.
La otra familia argentina que participaba del viaje con los Sontacchi y que se salvó del accidente es de apellido Maggiore y sigue en Brasil, donde también recibe la ayuda del Consulado. “Están destrozados y para ellos se han terminado las vacaciones”, lamentó Palmai. “El accidente fue terrible”, estimó el cónsul, quien señaló que las autoridades policiales creen que “en el momento del choque, el auto en el que iba la familia argentina ya estaba detenido, de manera que no pudieron reaccionar frente al encontronazo”. El lugar donde ocurrió el accidente se llama Tijuca, 50 kilómetros al norte de Florianópolis.
El cónsul dijo que en la ruta “todavía están marcadas las huellas que dejó el auto al desviarse de la ruta; es un tramo donde el camino tiene muchas ondulaciones y eso habría contribuido al posible reventón”. Este fue el primer accidente automovilístico de la temporada que involucra a una familia argentina. Los cuerpos podrían ser trasladados a Buenos Aires en las próximas 24 horas. Claudio Sontacchi era abogado y vivía con su familia en una casa de la calle Chivilcoy al 2800, en el barrio porteño de Villa Devoto. El cónsul se manifestó “consternado” y dijo que se mantiene en contacto con los familiares de las víctimas, en la Argentina, que hoy llegarán a Florianópolis.