Otra vez barrabravas de El Porvenir causaron destrozos y robaron en las instalaciones del club. El presidente de la entidad, Enrique Merelas –que se niega a darles entradas gratis a estas personas–, denunció amenazas: “Llevo hechas 27 denuncias pero nadie me escucha. Estoy destruido”. Merelas señaló que los barras trabajan –es un decir– en una cooperativa de la Municipalidad de Lanús.

“Rompieron vidrios de la confitería, robaron computadoras y rompieron los coches de los jugadores –afirmó Merelas–. Yo no sé qué hacer, pero hasta que yo pueda, voy a luchar contra ellos.”

“Me llaman a las tres de la madrugada para amenazarme –denunció el presidente de El Porvenir–. Yo sé que un día voy a andar por la calle y me van a matar.”

Merelas aseguró que “no les voy a dar entradas, no quiero que en mi club exista esa clase de gente”. Y dijo: “Ya no quiero hacer más denuncias policiales. Llevo hechas 27, pero nadie me escucha. Estoy destruido”.

Según Merelas, en la barra “no hay líder” pero “la policía sabe que trabajan en la Cooperativa de Lanús”, que pertenece “a la Municipalidad de Lanús”.

“No tenemos ayuda ni respuesta de nadie y así esto va a seguir porque El Porvenir es una institución familiar”, sostuvo. Merelas conduce El Porvenir desde hace 25 años; tuvo estrecha relación con el presidente de la AFA, Julio Grondona.

La semana pasada, a Merelas le rompieron la puerta de la casa, hay pintadas en su contra en las paredes del club que dan sobre las vías del ex Ferrocarril Roca. El dirigente también denunció amenazas contra su familia.

El 16 de septiembre pasado, medio centenar de sujetos que participaban en el cortejo fúnebre por la muerte de Javier “Ronco” Suldini, uno de los miembros de la barra brava, se detuvieron frente al estadio y obligaron a los jugadores a sumarse. Golpearon al jugador Nicolás Marquievich, por negarse a acompañarlos, y amenazaron al entrenador Mariano Valentini.

El Porvenir juega en Primera C, donde se halla en la penúltima posición.